Suponemos que la ofensa más imperdonable contra un mando burocrático no debe ser castigada con una injusticia, pero en la Secretaría de la Gestión Pública llegaron al extremo de despedir a dos trabajadores por expresiones homofóbicas contra un mando superior. 

La chetumaleña María Grisell, empleada de confianza con 12 años de servicio, quedó sin empleo en un parpadeo y presentó su queja ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (Cdheqroo); Hernán, el otro empleado, prefirió no defenderse.

El proceso sigue su curso en la cancha de la Cdheqroo y en la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, con una carga delicada porque no hay antecedentes de despido en Chetumal por expresiones “de carácter denostativo y discriminatorio” y por una confabulación –según los altos mandos– en la que participaron ambos empleados para mantener a raya a un alto funcionario de la Secretaría de la Gestión Pública, encabezada por Rafael del Pozo Dergal.

“Esta Comisión se encuentra frente a un análisis respecto de la colisión de derechos, y deberá ponderar no solo las conductas atribuibles al suscrito (el despido de la empleada), sino las desplegadas por la quejosa, porque estas fueron realizadas en carácter de servidora pública”, expresa el funcionario de la Gestión Pública en su respuesta a la Cdheqroo.

“Ambos comentaron que si tenían problemas harían uso de la información relativa a mi preferencia sexual, y que incluso podrían acusarme –falsamente– de hostigamiento sexual como venganza a la llamada de atención por la deficiencia en el desempeño de sus funciones”, precisó.

Los dos empleados que planeaban la supuesta maldad fueron escuchados por Don Francisco, quien reportó el asunto a la licenciada Susana, hasta llegar el caso ante el Secretario de la Gestión Pública, Rafael del Pozo Dergal… 

En la respuesta a la Cdheqroo, el funcionario de la Gestión Pública expuso que es “beneficiario de las medidas cautelares” emitidas el siete de abril de 2016 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque en un semanario extinto fue blanco de “ataques de discriminación y homofobia”.

Según el alto funcionario -cuyo nombre omito por razones obvias–, un video con material nauseabundo de dicho medio fue el arma que pretendían utilizar los dos empleados para pararlo en seco si pretendía presionarlos.