Moreira fue detenido casi inmediatamente después de haber sido reaprehendido “El Chapo” Guzmán y es que apenas al inicio del cuarto año de Enrique Peña Nieto como presidente de México es un mensaje claro del control político que ejerce como anticipo de lo que podría esperarse en los comicios presidenciales del 2018, Moreira estaba ligado al “Chapo” por eso abandonó el país apenas empezaron a divulgarse las conexiones con Guzmán Loera.

Moreira es producto del zedillato, desde el inicio asumió el poder en Coahuila con carácter caciquil, caudillista. Hizo y deshizo a su antojo. La sociedad coahuilense observó con asombro cómo es que repartía las posiciones entre familiares, parientes y amigos. 

Endeudó a Coahuila de forma extraordinaria. Los créditos utilizados llegaron a cifras estratosféricas.

En su sensación de seguridad, de dominio pleno sobre todo su entorno, llegó incluso al extremo de publicitarse como masón. Rompió todas las reglas y se hizo retratar con todos arreos, propios del grado y posición, para ventilar su nueva encomienda dentro del Supremo Consejo de Lucerna.

Luego del fallecimiento de su hijo se fue a España, desde donde puso de manifiesto, otra muestra de egocentrismo: hizo publicar en redes sociales una fotografía suya, en la que muestra su musculatura.

Después de auto publicitarse con aquella gráfica, Humberto Moreira retornó a México y le declaró la guerra al presidente de México tratando de ayudar a Elba Esther Gordillo. Ni más, ni menos. Detenida tiempo atrás Elba Esther Gordillo, quien financió desde las arcas del SNTE la conformación de los partidos socialdemócratas enemigos del PRI, Moreira decía que sus "enemigos" eran los mismos que llevaron a su amiga, la maestra Elba Esther Gordillo a la cárcel arguyendo una serie de delitos que solo en sus mentes enfermas existen.

“Mis enemigos", dijo, son "los mismos que llevaron a mi amiga, la maestra Elba Esther Gordillo a la cárcel".

Una expresión delicada tratándose de  quien había ordenado la detención de Elba Esther, no por gusto, sino por corrupción.

Lo que deja en claro que los "enemigos" de Moreira, el ex "Soberano Gran Inspector General del Supremo Consejo de México (Lucerna #56)", son más, y más poderosos de lo que él se imagina. Uno de ellos es la poderosa "Justicia".

Moreira apareció como número 7 en la lista de Forbes de los personajes mexicanos más corruptos:
1.- Elba Esther Gordillo, ex líder del SNTE.
2.- Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de Pemex.
3.- Raúl Salinas de Gortari, pasó 10 años en la cárcel por una acusación de homicidio de alto perfil.
4.- Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública.
5.- Andrés Granier, ex gobernador de Tabasco.
6.- Tomás Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas.
7.- Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila.
8.- Fidel Herrera, ex gobernador de Veracruz.
9.- Arturo Montiel, ex gobernador del Estado de México.
10.- Alejandra Sota, portavoz del ex presidente Felipe Calderón.