Todo indica que la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa será otro caso sin resolver en México, en el que quedarán muchas preguntas sin respuesta y, sobre todo, un pasivo más en seguridad para el Gobierno en turno, pues si bien ni el Presidente ni las fuerzas armadas participaron directamente en los hechos, los familiares de los desaparecidos y otros grupos han creado esa especie que muchos han comprado.

Nos parece que el objetivo principal de dar con los responsables y esclarecer los hechos se empañó desde la “verdad histórica” que defendió (y defiende) el entonces procurador Jesús Murillo Karam, lo que le valió salir del gabinete. Y si bien puede ser cuestionable la actuación de los soldados del 27 Batallón de Infantería esa noche del 14 de septiembre de 2014 en Iguala, ni ellos ni Peña Nieto los secuestraron ni los asesinaron ni los quemarony/o desaparecieron… pero les siguen cargando los muertos.

A ese ambiente que tiene en la picota al Gobierno y al Ejército, se suma la revelación de que la PGR solicitó al FBI investigar antecedentes de los estudiantes desaparecidos, no sabemos para qué. El caso es que se ha dependido mucho de expertos y autoridades extranjeras

El miércoles pasado, el gobierno de México prácticamente despidió al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que apoya las investigaciones sobre el caso, al urgirlo a presentar los resultados de su trabajo de más de un año, lo que dará pie al cierre del expediente. Ayer, el presidente Peña Nieto lo confirmó en Dinamarca al señalar que: "no iría más allá de lo que ya el gobierno ha definido claramente como su posición en lo que, sin duda, es un acuerdo que se está cumpliendo".

Pues sí, pero, a los padres quién les devuelve, no a sus hijos, sino la confianza en la procuración de justicia en México, y los familiares de otros miles de desaparecidos en el país, ¿quién puede saciar su sed de justicia?      
     

Anexo "1"

El rumor que puede ser bumerán

En nuestros Acaecimientos del 20 de marzo de 2015, “Rumores y chismes entre militares”, publicamos lo siguiente:

(...) “Una versión circula en los pasillos de la Sedena que refiere una falta disciplinaria de un General de División retirado, que se negó a saludar marcialmente al titular de la dependencia” y que “este episodio sería el posible origen de la disposición donde se ordena que quienes se retiren lo hagan con el mismo grado y sólo se les reconozca su ascenso para efectos del cobro de la pensión”.

(...) Ofende a ambos generales la sola sospecha de que haya ocurrido el desencuentro, pues a esos niveles no caben ni la descortesía ni la insubordinación". 

Estos rumores se han reciclado y circulan en medios electrónicos versiones de que se han recrudecido las exigencias para el otorgamiento del grado inmediato a quienes pasen a situación de retiro, si cumplen con lo establecido en la Ley del Issfam. Se habla de que ese malestar tuvo una escalada poco antes de Semana Santa cuando la inconformidad se manifestó por medio de lonas que aparecieron "en un lugar impreciso" en la Ciudad de México, con un mensaje dirigido al Presidente y que alude a "abusos de autoridad en contra del personal del ejército mexicano". 

Otra vez los rumores que no dejan nada bueno y sí lastiman a instituciones y personas.