Influencia judía en el cine (y 2)

Jacobo Granat es considerado el primer director judío del cine mexicano, ya que dirigió, produjo y montó (editó) en documental “Pro Jalisco” en 1921.

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A pesar de su trascendencia benefactora, en 1918 el cinesta judío Jacobo Granat se vio envuelto en problemas con los exhibidores mexicanos de la época, por considerar que estaba formando un monopolio de la industria exhibidora, pues era el “concesionario exclusivo de la casa Pathé en México y propietario de ocho cinematógrafos”, ante lo cual decidió constituir en 1920 la sociedad Granat, S.A., teniendo como socios a tres empresarios estadunidenses: Randolph P. Jennings, Russell M. e Irving C. White, con él  como accionista mayoritario, y se mantuvo legalmente en el negocio de la exhibición.

Volviendo al tema de la realización cinematográfica, Jacobo Granat pudiera ser considerado el primer director judío del cine mexicano, ya que dirigió, produjo y montó (editó) en documental “Pro Jalisco” en 1921, el cual seguía la línea temática de producciones como “Baja California” o “A través de Sonora”, cintas que enaltecían los paisajes y valores de la gente que habitaba esos estados, como respuesta a la publicidad negativa que los estadunidenses había hecho del México en conflicto.

Granat decide emprender un documental de ese corte sobre el estado de Jalisco, del cual es preciso mencionar que aún no tenía el ambiente de cultura popular y tradiciones con el que hoy cuenta y que fue introducido por el gobierno de Lázaro Cárdenas para generar identidad entre los mexicanos, apoyados por el cine.

Para la realización de este documental, el judío de origen austriaco decidió auxiliarse del experimentado cinefotógrafo Rodolfo Rosas y así lograr un producto cinematográfico de calidad.

La estructura argumental del filme nos narra diversos lugares emblemáticos del estado, como lo fueron el terreno donde despegaban los aeroplanos, el hipódromo del Rosario y  algunas carreras de autos de la época. Otro de los íconos culturales que destacaban en 1921 eran las corridas de toros y una que fue simbólica tenía como protagonistas a Gaona y Pastor. El desarrollo industrial de la región tenía que verse reflejado en el documental y de hecho aparece como un elemento importante de Jalisco.

Después de Jacobo Granat ha habido un buen número de directores judíos en el cine mexicano, sin embargo apenas unos cuantos se han ocupado de hablar de la comunidad o cultura judías en sus cintas.

El caso de Granat es particular, porque representa la inclusión del primer integrante de la comunidad hebrea en el cine mexicano.

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