Ingratitud con los magistrados

El PRI reculó, prevalecen la ingratitud y el nefasto código de desconfianza y, después de cumplir como servidores público.

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Lector de este espacio, Juan Rafael escribe sobre el moribundo “bono de retiro” para los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación:

Vivirán del fondo de pensiones o del seguro de separación individualizado que tienen los funcionarios de ese nivel donde, por cada peso que ahorran, el gobierno federal aporta otro cuando “dejan de trabajar”, comenta. Sea por renuncia o retiro,  lo solicitan a la empresa que maneja ese fondo.

Se pregunta: ¿por qué se les impide trabajar dos años? Y se responde: para evitar conflicto de intereses, entre otras cosas.

Entiende, dice, que la vida está cara y quizá no ahorraron, a pesar de lo abultado de la partida para cubrir sus gastos (choferes, gasolina, vales, boletos de avión…). De ser así, pues no podemos dejarlos mendigando. ¡Denles su haber!

“Tarde piache”, diría el gallego: el PRI reculó, prevalecen la ingratitud y el nefasto código de desconfianza y, después de cumplir como servidores públicos, a ver de qué chingaos viven…

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