Inmadurez afectiva

El “analfabetismo sentimental” hace que la persona no vea, no entienda lo que está pasando en su interior, ni cuáles son las principales leyes de la afectividad.

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“No ser amado es una simple desventura, la verdadera desgracia es no saber amar”.-  Albert Camus, escritor francés

Actualmente todo está tan tecnificado y lleno de avances científicos que se ha ido descuidando lo humano progresivamente, una de las manifestaciones es la persona afectivamente inmadura. Ignorar el mundo sentimental tiene graves consecuencias. Saber de “algo” significa conocimiento y esto nos da la información para separar lo superficial de lo fundamental.

El “analfabetismo sentimental” hace que la persona no vea, no entienda lo que está pasando en su interior, ni cuáles son las principales leyes de la afectividad. Ejemplo: si construimos la vida sentimental con bases poco sólidas e incoherentes, con materiales de poca calidad y por lo tanto endebles, muy pronto se derrumbará.

En la inmadurez se idealiza la vida afectiva y no se ve que el “amor” se materializa AMANDO, que es verbo, es acción. Es una tarea esforzada de mejora personal en la que se pueden pulir las cualidades y limar los defectos de la propia conducta que afectan al otro. El amor verdadero que se manifiesta al “AMAR” nos ayuda a brillar con luz propia y a disfrutar y respetar la luz del otro. Esto sucede cuando en la convivencia diaria la vida pone a cada quien en su lugar; aflora la verdad sin trampas ni maquillaje desvaneciendo la imagen inicial que es diferente a la imagen ordinaria y cotidiana.

El amor es perfectible. Cuando amamos inteligentemente, el análisis honesto y sereno de situaciones conflictivas nos lleva a mejorar situaciones concretas, se cuidan los detalles que requieren mucho trabajo y atención personalizada.  

En la inmadurez afectiva no se toma en cuenta incluir a alguien en el proyecto de vida para convivir y compartir, no se sienten y/o consideran las cosas del otr@. De ahí la ruptura de tantas relaciones. Es necesario mantener un crecimiento equilibrado en la pareja. Es muy, pero muy importante, compartir, tener complicidad y estar juntos en el proyecto más importante: EL HOGAR.        

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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