Internet o las trampas del “follow”

El pretexto más común en contra de las redes sociales y su uso en el periodismo es que no se sabe...

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El pretexto más común en contra de las redes sociales  y su uso en el periodismo es que no se sabe cómo hacerlo, o en el peor de los casos, que está plagada de mentiras, banalidades o trampas para la profesión. Para contrarrestar estas dudas, la respuesta está en un viejo y conocido refrán: "Dime con quién andas, y te diré quién eres".

La clave para un buen uso periodístico de los medios de difusión en internet está en saber a quién seguir. Tanto en Twitter como en Facebook, lo interesante del timeline se encuentra en las historias que podemos encontrar y que con el "olfato" de comunicador, nos sirven para crear notas interesantes para nuestros medios.

Una característica del periodista "antiguo" es el rechazo a los nuevos medios de difusión y comunicación, aduciendo una supuesta inutilidad y falta de certeza en los datos que se leen en ellos. Pero estos argumentos demuestran sobre todo el miedo que aún se tiene a la democratización de la información, y en el “mejor” de los casos, las pocas ganas que algunos compañeros tienen por innovar, y que ponen en riesgo el futuro de nuestra profesión.

Si un comunicador demuestra rechazo a las redes sociales por considerar que son "poco certeras", lo primero que deben hacer es revisar su lista de seguidores y preguntarse, "¿qué aporta a mi labor este usuario?". Es muy común en nuestros compañeros seguir a "todo mundo" sin una idea clara del por qué ellos mismos están en la red. Si sólo se entra por compromiso, se evidencia en la naturaleza de las cuentas que siguen y que no le proporcionan un panorama claro sobre las tendencias que se discuten en la red.

La Universidad Carlos III, en España, publicó un estudio sobre el comportamiento de los periodistas en redes sociales, y entre los resultados más interesantes se encuentra el que los comunicadores ibéricos las utilizan como herramienta para contrastar datos, captar tendencias y opiniones de la sociedad sobre algún tema, sin realmente confiar en ellas. 

Esto sostiene la premisa de que, sin dejar de lado la desconfianza propia de un comunicador, es necesario el uso de la red no como “moda pasajera”, tal cual muchos compañeros creen, sino como un paso más hacia la profesionalización y actualización de nuestros métodos para difundir noticias e historias. Para esto, es imperativo que el periodista que incursiona en las redes sociales se lo tome en serio. Sí, es una herramienta y no la panacea para encontrar la nota del día, pero sí representa una vía hacia la cual dirigirse para detectar las aristas sociales de los temas de actualidad que nosotros mismos proponemos en nuestros medios, sean impresos o digitales. 

Oportunidades y coincidencias. De todo se puede encontrar en la red social no sólo por seguir a las cuentas adecuadas, sino teniendo la voluntad de aprender a usarlas para darle futuro a nuestra labor y profesión. 

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