Johnnie Walker, los escoceses están muy locos
Cameron ofreció a los escoceses lo que en 300 años de subordinación a Londres no hubieran imaginado ni en sueños.
Los escoceses tenían un plan, igualito que los bárbaros. Y lo fueron urdiendo a lo largo de 300 años de aspiraciones independentistas y con rudas sesiones de Corazón valiente, la película donde Mel Gibson le rinde homenaje al Che Guevara medieval, William Wallace, quien heroicamente busca dar tierra y libertad a un pueblo atormentado por los abusos de la pérfida Albión.
Esta vez, en lugar de levantar sus faldas y mostrarle a los soldados del imperio británico sus impertinentes traseros, los escoceses encontraron una estrategia política Salinas o Calderón: amagar con una acción separatista justa y necesaria de Reino Unido por las vías de la consulta democrática.
Así, los escoceses guardaron escudos y lanzas, y recurriendo al monstruo del lago Ness a manera de cortina de humo bajo la cual resguardaron sus planes, y al ritmo no eres tú soy yo, sacaron las urnas y sin hacer tanto melodrama catalán con su democracia de los balcones y pusieron a parir chayotes a las instituciones sin mandarlas necesariamente al diablo.
Esto puso en jaque al ministro Cameron, a su gobierno y hasta la reina que desde Buckingham se le oía decir, saquen el güisqui que me estoy pensando en emborracharme al ritmo de “Johnnie Walker, los escoceses están muy locos”.
Y es que a sabiendas de lo que esta escisión podía generar en materias económicas más que políticas y sociales (volatilidad monetaria, la histeria de los capitales golondrinos, las reservas energéticas), Cameron les ofreció lo que en 300 años de subordinación a Londres no hubieran imaginado ni en sueños (más o menos lo que Mancera quiere para el DF pero sin aguantar los menosprecios de Camacho Quiroz) para alimentar sus arcas y el orgullo nacionalista.
Una jugadaza que les debe haber soplado el escocés mas ducho, Sean Connery, gracias a su experiencia como James Bond donde espiaba mientras estaba al servicio de su majestad: si ganan los independentistas, gana Escocia, si pierden gana Escocia, y si no hay mejor, ¡pues qué mejor!
A ver si al PRI no se le ocurre hacer lo mismo con su consulta anti pluris en kilt pero en Región 4, porque les van a tomar la palabra.
Evoco entonces al gran jardinero Willie de los Simpson cuya frase clásica: “Los escoceses arruinaron Escocia”, esta vez falló.