Jornada electoral tranquila
Para el avance democrático, las elecciones son un elemento a considerar
Para el avance democrático, las elecciones son un elemento a considerar, y es determinante como punto de partida para ejercer un buen gobierno, por lo que cada vez se hace más necesario que los procesos electorales sean cada vez mejor, más transparentes pero sobre todo que sea un elemento indispensable para la democracia.
El voto es una forma de decidir pacíficamente a nuestros gobernantes y lograr el gobierno que se anhela, el voto permite hacer un recuento del pasado y buscar mejores oportunidades de futuro.
El voto forma parte esencial de los sistemas de organización democrática. Así, en las democracias modernas, el sufragio universal es un componente relevante del voto, por el cual no existen exclusiones formales para este acto, dentro de los límites jurídicos que demarca la ley de cada país. El voto suele considerarse como igual, esto es, no se registran diferencias en la cantidad o la calidad del voto emitido por cada elector.
La condición de secreto es una de las características de mayor importancia del voto en la actualidad. De este modo, se evitan las presiones que pueden surgir de factores como el temor, la represión política.
La obligatoriedad del voto es acaso una de las condiciones que ha experimentado mayor debate a lo largo de las décadas, dado que quienes avalan esta situación fundamentan que su implementación hace más eficaz a la universalidad del voto. No obstante, sus detractores creen que, al ser obligatorio, el voto pierde su condición de derecho para convertirse en un deber, restando así su condición democrática.
De un modo u otro, no puede concebirse a las sociedades contemporáneas sin entender en el día o día la indudable importancia del voto en su conformación y funcionamiento.
Después de la elección viene el conflicto postelectoral, y esto será un verdadero reto para el INE, el Tribunal Electoral, el sistema electoral y, en general, para el sistema político mexicano. La nueva Ley Electoral es muy precisa en establecer los delitos electorales y las penas que se tienen que cumplir en determinado número de años de cárcel, además de multas administrativas.
Esta situación hará que la campaña electoral se divida en dos partes: la campaña per se, donde buscan el voto del elector antes de la fecha electoral, y la segunda después de la elección y ya con el resultado y en la que habrá que defenderse de las denuncias del candidato o partido perdedor, o lo contrario: una fase de documentar los delitos del opositor que ganó la elección y en donde, si se demuestran los delitos, se puede objetar la elección.