Juicio contra una prostituta
La crónica de Demóstenes cuenta la historia de Neera, una prostituta extranjera que, gracias a su dominio de las artes amatorias, estuvo a punto de convertirse irregularmente en ciudadana y alzarse hasta uno de los grandes centros de poder de la Atenas Clásica.
Antes de que las buenas conciencias se escandalicen por el título, convendría reflexionar sobre diversos tópicos que se ciernen sobre el llamado “oficio más antiguo del mundo”, pues esto es lo que provoca aquel viejo llamado Demóstenes en su crónica judicial editada en el libro “Juicio contra una prostituta”.
La “trama” es una historia real extraída de las profundidades de la historia, que Demóstenes reconstruye en esta crónica, pues fue testigo de los hechos.
El proceso que cuenta es el de Neera, una prostituta extranjera que, gracias a su dominio de las artes amatorias, estuvo a punto de convertirse irregularmente en ciudadana y alzarse hasta uno de los grandes centros de poder de la Atenas Clásica de la mano de su marido-proxeneta, pero que hace veintitrés siglos vieron cómo su ascenso social se topaba con las instituciones arcaicas.
Sin embargo, podemos percatarnos de que el juicio no es a la prostitución, sino a cómo eran juzgadas las mujeres tanto por su sexo como por su empoderamiento político, máxime siendo foráneas. Por ello, este breve texto de Demóstenes (128 págs.), traducido por Helena González y con estudio introductorio de Iván de los Ríos, es verdaderamente una joya rescatada de los confines del tiempo.
Los hechos se sitúan en Atenas entre los años 343 y 340 A.C., en la sociedad que engendró la democracia tal y como la conocemos, donde el lector se sumerge tanto en las costumbres de la época como en el sistema jurídico griego, mismo que no difiere mucho del que tenemos hoy día, pues en muchos casos da lugar a que se sigan procesos legales fundamentados únicamente en la doble moral y en la palabra de uno contra otro.
Todo lo anterior lo hace un texto indispensable, tanto para abogados y demás leguleyos como para feministas, pero también para el lector común, pues se puede leer como una novela llena de comentarios maledicentes dignos de un chisme de lavadero.
Sus fuertes radican en la muestra de oratoria y dialéctica argumentativa, pues muchos en la actualidad quisiéramos expresarnos y hacer uso de la palabra con la misma maestría que hace más de 2 mil años.
Esta rareza editorial fue publicada por Errata Naturae (2011) en su colección “La muchacha de dos cabezas” y constituye un libro que es capaz de transportarnos hacia el pasado, donde las costumbres y la vida sexual de la Grecia Antigua no nos serán tan ajenas a los lectores del México anacrónico y machista del Siglo XXI.