K’aues, pich’es, palomas de la ciudad
Las calles y plazas son los principales sitios donde se alimentan de los desechos de alimentos que se dejan en el suelo.
A pesar de la expansión de la mancha urbana, en Mérida y otras ciudades de la península yucateca, algunas especies de aves como k’aues, pich’es, palomas y tórtolas se han adaptado a la vida de las metrópolis. Algunas aves, según su especie, utilizan las ciudades sólo en ciertas épocas, nidifican en ellas pero se alimentan en las afueras: zonas arboladas, jardines botánicos y reservas ecológicas.
Los k’aues, pich’es, tórtolas y palomas domésticas son especies que se han adaptado tan bien al ruido y a la presencia humana de las ciudades que las utilizan permanentemente y desarrollan todas las facetas de su vida diaria en parques, patios, jardines y edificios.
Los k’aues (del maya k’a’aw) son una variedad regional de grajo Quiscalus mexicanus, de la familia Icteridae. Su nombre se debe a la voz que emite al gorjear. En el centro del país lo conocen como zanate (del náhuatl zánatl). Es grande, de color negro con reflejos violáceos en el cuerpo y azulados en las alas y la cola, la cual es larga. Su pico es largo y puntiagudo. Las patas también son alargadas y negras con uñas puntiagudas. La hembra es más pequeña y de color pardo oscuro. Son omnívoros: comen insectos, maíz, lombrices, frutas, migajas de pan y pedazos de alimentos diversos que encuentran en las calles. Al macho se le conoce como tso’ k’au y a la hembra xk’au. Hacen una gran variedad de voces agudas y escandalosas.
No confundir con los pich’es (del maya piich’), Dives dives, tordo negro, cantarín, más chico que el k’aw, que también abunda en la península. Su cola es corta con el borde redondeado; el pico es negro y termina en punta. Se alimenta de insectos que busca en el suelo, pero también de néctar, granos y frutos. En Tabasco le dicen piche. Como adjetivo, la voz pich’ se usa para denominar aves raquíticas de corral. Baño de pich’ es una ducha rápida, sin jabonarse; echarse agua y secarse, como hacen los pich’es que se mojan la cabeza y se secan sacudiéndose.
Los pájaros urbanos por excelencia son las palomas bravías de la familia de la Columbidae. La ciudad les ofrece lugares idóneos (techos y agujeros de edificios) para cobijarse y reproducirse. Las calles y plazas son los principales sitios donde se alimentan de los desechos de alimentos que se dejan en el suelo. Aunque en menor proporción que las bravías, también arriban otras especies de palomas domésticas con formas y colores diversos.
En Mérida, los patios centrales de casonas y edificios del centro histórico se protegen, de palomas, golondrinas y murciélagos, cubriéndolos con mallas.