La autobiografía no autorizada del Tata Cárdenas

Creo que el tricolor ha dado muestras, de apertura democrática, compromiso social y desarrollo económico galopante como para tenerles desconfianza.

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Si todos en el gobierno, Partido Verde y PRIcámbrico temprano, incluyendo al nada grato de Graco, afirman que con la aprobación de la reforma energética cualquier invasión extraterrestre nos pela los dientes y jamás habrá faltas de ortografía en los libros de texto gratuitos no pueden estar equivocados.

Por eso hay que alejarse de las tentaciones pejistas-leninistas y ser audaces como afirmó categórico el C. Preciso de la República en un discurso estilo Og Mandino vendiendo tiempos compartidos en Kafkapulco, al que solo le faltó exigir un cambio de paradigmas. 

Digo, hay que estar con la modernidad en formas de ventas de garage, pero sobre todo que no te tachen de retrógrada. 

Algo con lo que sin duda habría estado de acuerdo en su autobiografía no autorizada el general Cárdenas. Misma que ahora esgrimen los choznos de don Plutarco cual si se la hubiera dictado desde la ouija a Videgaray y Camacho Quiroz una noche de copas, una noche loca. 

Digo, creo que el tricolor ha dado muestras, a lo largo de sus ochenta y tantos años, de apertura democrática, compromiso social y desarrollo económico galopante como para tenerles desconfianza.

Ellos, que siempre han sido responsables del timón pero no de la tormenta, son probos personajes de la vida nacional que para defender a Pemex de los insensatos que no quieren venderla, son capaces hasta de salir a la calle a marchar fuera su mundo de caramelo cameral. 

Son tales los argumentos modernizadores del PRI, que cualquiera diría que están rociados con clembuterol con calidad de exportación de la Femexfut y logrados tras una terapia Gestalt con la bruja de cabecera de Mario Carrillo. Como sea, y aunque les asista la razón histórica, el Gelboy & fanatics tendrían que ofrecer a los escépticos, dogmáticos y sospechosistas una muestra de buena voluntad. Por ejemplo, si en eventual y cuasimposible caso de que la reforma energética sirva tanto como Fobaproa, rescate carretero, TLC y demás maravillas, que haya una cláusula en los contratos de utilidad compartida donde sus entusiastas promotores paguen los platos rotos de su propio peculio.

O para que no se asusten, y ya que los priistas le perdonaron todo, que la extracción de aguas profundas fallidas las pague Robero Deschamps como cosa suya. Mi general Cárdenas así lo hubiera querido, palabra por palabra. 

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