La basura es simplemente eso: basura

Un par de buenos abogados a los que consulté ayer, coinciden. La cosa esa grotesca, horrible, que parece suceder en las oficinas de Movimiento Territorial del PRI no creo que pase la prueba frente a un juez de que eso es trata.

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La proclividad de nuestros políticos a presentar denuncias ante las distintas procuradurías es directamente proporcional al grado de inutilidad de nuestras procuradurías y a nuestro real desprecio por la ley. Y revela la ausencia de responsabilidades políticas —que no penales— frente a la ciudadanía.

A la menor provocación, ante cualquier hecho, lo primero es “que me investigue la procuraduría”, “que se interponga denuncia”, “ya interpuse una denuncia”, en fin. 

Es una gran jugada del acusado, porque lo más probable es que dicha investigación no llegue a nada, y entonces puede salir unas semanas después y decir: ya ven, yo no hice nada. Algo así está pasando en el caso del ex dirigente del PRI en el Distrito Federal, Cuauhtémoc Gutiérrez, quien ayer interpuso una denuncia para que se 
investiguen las acusaciones en su contra sobre una presunta red de prostitución a su cargo. Ayer le dijo a Ciro Gómez Leyva en radio que todo es una calumnia, que no hay nada, que todo es una campaña “mediática”.

El reportaje en el programa de Carmen Aristegui, por cierto, no es el primero en detallar esta costumbre del priista de rodearse, gracias la nómina de donde chambea, de edecanes con minivestidos a las que después propone actos sexuales. Hace años lo habían publicado Reforma y El País. Después de releer aquellos reportajes y escuchar más de una vez el de MVS, no tiene el señor Gutiérrez, creo, mucho para donde hacerse. 

Lo que no tengo claro es cuál sería el delito y me queda claro que cualquiera que sea va a resultar muy difícil de configurar. Un par de buenos abogados a los que consulté ayer, coinciden. La cosa esa grotesca, horrible, que parece suceder en las oficinas de Movimiento Territorial del PRI no creo que pase la prueba frente a un juez de que eso es trata. Podría armarse algo con las leyes laborales alrededor de acoso sexual, pero para eso se necesitan denuncias de víctimas que prueben, por ejemplo, que una de ellas fue castigada físicamente o corrida por no acceder a las perversidades del ilustre priista. 

Escuche ayer al procurador del DF comprometerse a hacer la mejor investigación posible. Pero me temo que por lo que hasta hoy sabemos, puede no configurarse delito y entonces el señor ese podrá decir públicamente: ya ven, no cometí delito.

Porque a veces la basura, él lo sabe mejor que nadie, es solo eso: basura; pestilente, asquerosa, repugnante. 

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