Si antes de hablar de alza en la basura, el subdirector de Ecología, Elgar Pech y Canul –que fue quien empezó todo el relajo-, hubiera consultado los archivos municipales, se habría dado cuenta de que el aumento, publicado en marzo de 2009, no es de $50, como dijo, sino de $58.30 para la “zona norte” de Mérida, eso si nos atenemos a un boletín que contiene declaraciones del entonces (2012) alcalde interino, Álvaro Omar Lara Pacheco.

El mismo alcalde, Renán Barrera Concha, quien luego le entró al relajo y a las confusiones y dijo que la tarifa entró en vigor “desde enero (2013) pasado”, se habría ahorrado disgustos si le hubieran dado datos precisos y no habría denunciado que “la administración priista de Angélica Araujo no ajustó las tarifas como debió haberlo hecho”, puesto que sí lo hizo o al menos lo avaló.

Vea usted: en boletín fechado el 12 de febrero de 2012, Lara Pacheco explicó que a la tarifa más alta ($58.30), aprobada desde 2001 y no aplicada sino hasta 2009, se le otorga un subsidio de $3, que es general para 147,133 predios del total de 260,000 ó 258,000 (ni en este número hay acuerdo), y un 10% adicional para que el pago mayor quede en $50, con un subsidio total de $8.50. Lara Pacheco dijo que la tarifa más barata es de $15.03 desde entonces (no $11).

El regidor priista Rubén Segura Pérez, si hubiera investigado, habría encontrado que, si le creemos a su correligionario Lara Pacheco, la tarifa se cobra desde 2009.

Los concesionarios, al menos Pamplona y Corbase, no tendrían que “tomarle la palabra” a Renán, porque, si dijo la verdad Omar Lara, se la “tomaron” a César Bojórquez y cobran entre $50 y $15 desde 2009. Pamplona tiene tres tarifas, si Omar dijo la verdad: $50, $25 y $20.

Renán Barrera tiene razón: no vale hacer denuncias sin antes conocer bien el tema, pero para mí que debe revisar la nómina de sus colaboradores antes de que lo hundan con datos falsos o incompletos.