La bicicleta en nuestra ciudad

En muchas ciudades con problemas de congestionamiento la bicicleta ha demostrado ser una de las formas de transporte más rápidas y eficaces.

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A pesar de los innumerables factores que inciden en el uso de la bicicleta, tanto de carácter físico, como pendientes, distancias y el clima, y de carácter urbano, como la estructura vial y su equipamiento y adaptabilidad a los diferentes medios de transporte, uno de los principales obstáculos para el uso de la bicicleta en las ciudades reside en las estructuras culturales. A partir del acelerado proceso de motorización iniciado en la segunda mitad del siglo XX, la bicicleta fue relegada de los usos que entonces tenía como medio de transporte escolar y a los centros de trabajo, quedando como la última opción de aquellos que no podían comprarse un coche. 

Hoy parece que la bicicleta recupera espacios, pero olvidando su papel como medio de transporte, vinculándosele más con el ocio y el deporte, pues al que usa la bicicleta suele vérsele con desprecio asociándose su uso con ciertos estereotipos como los que la consideran un medio de trasporte antiguo exclusivo de quienes no cuentan con recursos económicos o de los que se dicen ecologistas. La excesiva dependencia hacia el coche y su importancia en la escala social son en buena medida responsables a la hora de elegir el medio de transporte a utilizar, en un proceso enmarcado por factores ideológicos y culturales. Si queremos devolver a la bicicleta su presencia es preciso desarrollar estrategias para revertir estas formas de pensar.

Quienes estudian las formas de movilidad urbana han establecido 7.5 km como el máximo radio de acción de la bicicleta, factor que debe considerarse en el diseño interactivo de los equipamientos urbanos y los sistemas de transporte público. En muchas ciudades con problemas de congestionamiento la bicicleta ha demostrado ser una de las formas de transporte más rápidas y eficaces en lo que se conoce como desplazamientos puerta a puerta, demostrando ser mucho más rápida que el coche, convirtiéndolo en el medio de transporte más ineficaz, el cual sin embargo es el más utilizado. 

Es innegable que la bicicleta tiene mayor maniobrabilidad, ocupa menos espacio y no requiere de tiempo para su estacionamiento. Sin embargo, en nuestra ciudad la bicicleta pareciera ser algo anecdótico, cosa que hay que cambiar sin duda alguna.

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