La bondad de la palabra

Escuchando a los demás, un vicio que tengo de siempre, me hago imágenes sobre formas de pensar o de vivir que en ocasiones...

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Escuchando a los demás, un vicio que tengo de siempre, me hago imágenes sobre formas de pensar o de vivir que en ocasiones me permiten evolucionar; lo he titulado sabiduría urbana, porque son cosas que aprendo en la calle. Una de esas me llegó esta semana al escuchar que la educación debería estar de moda siempre. En realidad, se tiene la boca llena de razón.

Hay cosas que se ponen de moda, por ejemplo: El vino, la música, los personajes, las series, las novelas, en fin, hay rachas que duran y otras que son pasajeras.

Hablando de la educación, pensaba en qué pasaría si todos creyéramos que está de moda ser atento. Quizá no sería tan complejo respetar a los demás. Imaginemos que lo “in” es saludar a los demás cuando llegas a un lugar y despedirte cuando abandonas el sitio.

Qué pasaría si todos creyéramos que es “nice” permitir el paso al otro, a la ambulancia, al peatón, en lugar de avanzar sin fijarnos.

Para no pensar que ando en el sitio equivocado, busqué las definiciones más comunes de educación y encontré que es el proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra, pues está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Mientras que el diccionario de la Real Academia Española tiene cuatro significados de los cuales el segundo dice que es crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes, en tanto que la cuarta indica que es cortesía, urbanidad.

Esa es la educación a la que hoy me refiero. Y es que entonces aspiro a que pueda tener las tendencias de moda para el verano 2014, y como son muchos los que conozco y desconozco que disfrutan de participar de esta vanidad, podría ser contagioso el tema. ¿Será buena idea?

Encontré que podría proponer como número uno la ciudadanía, que nos permita cuidar los espacios comunes, evitar entorpecer el derecho a la libre circulación y a traspasar la frontera privada de las viviendas y bienes de los vecinos.

El número dos de la lista podría ser la ciudadanía. Cuidar los espacios comunes, participar en las actividades de mantenimiento, cuidado, reciclaje y embellecimiento de los espacios de la comunidad.

En el número tres estaría la solidaridad, que podría evitar problemas diversos, desde disminuir la inseguridad, hasta mejorar la convivencia, ya que se ha perdido el tema de la realidad y hemos dedicado más tiempo al mundo virtual.

El número cuatro podría ser el cuidado de las instalaciones, cuales quiera que éstas sean. Escuela, trabajo, centro comercial, en fin, colaborar con el cuidado del mobiliario y equipos, que no sólo sirven para tu familia y para ti.

Y por último, en el número cinco estaría la conducta apropiada. En el sitio donde estés,  hasta caminando en la calle, podrías llevar contigo un outfit amable. Es horrible que te cruces con una persona que además de sudorosa tenga cara de que odia a todos los que se cruzan en el camino. La verdad que no cuesta nada tener rostro de buenos amigos y va más con esta época de la vida. Me impresiona que ahora una persona parada en cualquier lugar del mundo con un letrero de abrazos gratis cause tanto asombro. ¿Que eso de un beso y un vaso de agua no se le niega a nadie, paso de moda?

A lo mejor mi propuesta no es un éxito comercial, pero me encantaría encontrar algunos adeptos a esta moda que podría ser tan Escuchando a los demás, un vicio que tengo de siempre, me hago imágenes sobre formas de pensar o de vivir que en ocasiones me permiten evolucionar; lo he titulado sabiduría urbana, porque son cosas que aprendo en la calle. Una de esas me llegó esta semana al escuchar que la educación debería estar de moda siempre. En realidad, se tiene la boca llena de razón.

Hay cosas que se ponen de moda, por ejemplo: El vino, la música, los personajes, las series, las novelas, en fin, hay rachas que duran y otras que son pasajeras.

Hablando de la educación, pensaba en qué pasaría si todos creyéramos que está de moda ser atento. Quizá no sería tan complejo respetar a los demás. Imaginemos que lo “in” es saludar a los demás cuando llegas a un lugar y despedirte cuando abandonas el sitio.

Qué pasaría si todos creyéramos que es “nice” permitir el paso al otro, a la ambulancia, al peatón, en lugar de avanzar sin fijarnos.

Para no pensar que ando en el sitio equivocado, busqué las definiciones más comunes de educación y encontré que es el proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra, pues está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Mientras que el diccionario de la Real Academia Española tiene cuatro significados de los cuales el segundo dice que es crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes, en tanto que la cuarta indica que es cortesía, urbanidad.

Esa es la educación a la que hoy me refiero. Y es que entonces aspiro a que pueda tener las tendencias de moda para el verano 2014, y como son muchos los que conozco y desconozco que disfrutan de participar de esta vanidad, podría ser contagioso el tema. ¿Será buena idea?

Encontré que podría proponer como número uno la ciudadanía, que nos permita cuidar los espacios comunes, evitar entorpecer el derecho a la libre circulación y a traspasar la frontera privada de las viviendas y bienes de los vecinos.

El número dos de la lista podría ser la ciudadanía. Cuidar los espacios comunes, participar en las actividades de mantenimiento, cuidado, reciclaje y embellecimiento de los espacios de la comunidad.

En el número tres estaría la solidaridad, que podría evitar problemas diversos, desde disminuir la inseguridad, hasta mejorar la convivencia, ya que se ha perdido el tema de la realidad y hemos dedicado más tiempo al mundo virtual.

El número cuatro podría ser el cuidado de las instalaciones, cuales quiera que éstas sean. Escuela, trabajo, centro comercial, en fin, colaborar con el cuidado del mobiliario y equipos, que no sólo sirven para tu familia y para ti.

Y por último, en el número cinco estaría la conducta apropiada. En el sitio donde estés,  hasta caminando en la calle, podrías llevar contigo un outfit amable. Es horrible que te cruces con una persona que además de sudorosa tenga cara de que odia a todos los que se cruzan en el camino. La verdad que no cuesta nada tener rostro de buenos amigos y va más con esta época de la vida. Me impresiona que ahora una persona parada en cualquier lugar del mundo con un letrero de abrazos gratis cause tanto asombro. ¿Que eso de un beso y un vaso de agua no se le niega a nadie, paso de moda?

A lo mejor mi propuesta no es un éxito comercial, pero me encantaría encontrar algunos adeptos a esta moda que podría ser tan contagiosa como los fanáticos de fútbol en temporada de mundial. ¡Qué Dios nos bendiga!

contagiosa como los fanáticos de fútbol en temporada de mundial. ¡Qué Dios nos bendiga!

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