La burra no era arisca, secretario Videgaray
El problema, secretario Videgaray, lo que me falta en su artículo, es que la “buena idea” para México y Pemex no viene acompañada de otra aún mejor: la explicación, la rendición de cuentas...
Leí con atención el artículo que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, publicó ayer en MILENIO. Una explicación de por qué resulta conveniente hacer que el pasivo laboral de Pemex, es decir, lo que paga y pagará en pensiones a sus trabajadores, debe pasar al cajón de la deuda pública y quitarlo del cajón de Pemex. No solo es cierto que eso de todas maneras lo van a pagar nuestros impuestos, sino que parece que si lo traemos para acá, hasta un descuentito obtenemos en futuros compromisos.
El movimiento haría que Pemex tuviera más flexibilidad para competir con empresas extranjeras —cosa que nunca ha hecho, por cierto—. Suena sensato.
El problema no es lo que dice, sino lo que no dice el artículo.
Me explico:
Ayer mi colega Mayra Martínez hizo el siguiente ejercicio en milenio.com para poner en perspectiva el tamaño del pasivo laboral de Petróleos Mexicanos estimado en 1.2 billones de pesos. Éste equivale a:
— 860 millones 670 mil litros de gasolina: lo que produce Pemex en tres años.
— 18 mil millones de salarios mínimos: el trabajo de una persona por 49 millones de años.
— 8 mil 500 millones de kilos de café de El Jarocho.
— 109 mil millones de kilos de azúcar.
— 46 mil millones de kilos de arroz Morelos.
— 19 mil millones de kilos de pechuga de pollo.
— 26 mil millones de kilos de aguacate Hass.
— 9 millones 500 mil automóviles Tsuru: tres veces el parque vehicular de particulares que circula en la Ciudad de México.
¿Por qué no tenemos ese dinero?
Porque durante décadas el gobierno de México, el director de Pemex, firmó acuerdos laborales con el sindicato: prestaciones, pensiones, casas, escuelas…Y no aprovisionó lo suficiente para pagar lo que firmaba. Porque, para variar, nadie vio más allá de sus narices y menos a diez, 20 y 30 años.
El problema, secretario Videgaray, lo que me falta en su artículo, es que la “buena idea” para México y Pemex no viene acompañada de otra aún mejor: la explicación, la rendición de cuentas, la repartición de responsabilidades administrativas, tal vez de otro tipo, de por qué nuestra empresa más grande, la más productiva, la que provee de más de una tercera parte de los recursos públicos, la joya de nuestra corona, hoy nos pasa esta factura a todos los mexicanos.
Eso, secretario, habría que saberlo.