El legislador Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados panistas, expresidente municipal de San Miguel de Allende, aliado incondicional de Gustavo Madero, utilizó su cuenta de Twitter ayer a mediodía para escribir: “Por instrucciones de @ErnestoCordero su personero la chivaloca @JLozanoA promueve iniciativa Telecom #PRI”.

Así se llevan.

El tuit de Villarreal es una movida calculada, precisa, parte de una estrategia que puede ser la daga que mate las aspiraciones del exsecretario de Hacienda para presidir el PAN.

Después de una campaña en que la narrativa era: el candidato de la “oposición verdadera”, el que no sería “aplaudidor del PRI”—es decir Ernesto Cordero—; contra el candidato que participó en el Pacto por México, comparsa de Peña Nieto y el gobierno —es decir Gustavo Madero—; resulta que en la más polémica y simbólica de las reformas, el corderismo representado por el estridente Javier Lozano ha sido el mayor promotor de la iniciativa del presidente Peña y el gobierno.

El tuit de Villarreal no fue un hecho aislado. Ayer mismo el coordinador de los senadores panistas desautorizó la prisa de Lozano y hasta el dictamen que el poblano ha trabajado y propuesto:  “Nosotros tenemos una reunión el viernes —explicó el también maderista, Preciado— donde se va a presentar un documento por parte de la Fundación Humanismo en la que va a recoger las inquietudes del senador Lozano, del senador Corral, de la iniciativa presidencial, del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, de la presidenta del PAN y de la Junta de Coordinación Política, que presido”.

No es difícil de imaginar un desenlace que se parezca a lo siguiente: La iniciativa del gobierno con algunos ajustes de Javier Lozano será aprobada por el Senado sin el voto de algunos panistas significativos. Después la aprobarán los diputados con el voto en contra del maderismo duro. La Ley de telecomunicaciones será rebautizada como la Ley Peña-Lozano. Lozano es el más fiel de los corderistas.

¿Quiénes son los panistas aliados con el gobierno? Preguntarán los maderistas.

A menos que Cordero diga, pronto, algo que por lo  menos lo diferencie de Javier Lozano en este debate.