La convaleciente izquierda de Jesús Zambrano

Muchos temas se podían discutir entre las izquierdas, muchos debates, muchas opiniones, muchos matices para muchos temas...

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Llegó ayer Jesús Zambrano al estudio de MILENIO Televisión con un cabestrillo en el brazo izquierdo. Un accidente y después una cirugía tienen inhabilitada esa extremidad.

Nada de qué preocuparse, me dijo, en unas semanas estará como si nada hubiera sucedido.

Ayer, sin embargo, no era un buen día para la izquierda.

La promulgación de las leyes secundarias en materia energética y con ella el fin a tres cuartos de siglo de propiedad exclusiva del Estado en el manejo del petróleo es, creo, una derrota histórica. Muchos temas se podían discutir entre las izquierdas, muchos debates, muchas opiniones, muchos matices para muchos temas, pero siempre hubo unanimidad en la idea que en el tema petrolero lo que hasta el año pasado decía la Constitución era lo correcto para el país.

Zambrano sabe de la importancia de la reforma. “Trastoca los cimientos más hondos de la nación”, me dijo. Luego, los adjetivos: “Es un día negro para el país”. “Es un despojo, un atraco de lo que significa la propiedad de la nación de sus riquezas energéticas”.

Le pregunté si no se arrepiente de haberse sentado por meses con esos a los que ahora llama atracadores, traidores, de haber firmado con ellos el Pacto.  “Mientras estuvimos logrando acuerdos y sacando adelante reformas que le sirvieron al país, nosotros estuvimos ahí sentados y no me arrepiento de haber participado”. Y enumera las reformas educativa, financiera, de telecomunicaciones y electoral. Advierte que seguirán insistiendo en aquellas que se han quedado pendientes como anticorrupción y algunas político-electorales contenidas en aquel agregado al Pacto y que hoy son letra muerta.

Insistió en que todo lo que hemos visto en estos días podría no significar nada por la consulta popular en la que insistirán. Dos millones de firmas que, dice, reunirán antes del 15 de septiembre. Eso sí, ellos van por un lado; Morena, por otro. La Suprema Corte tiene la palabra.

Si hubiera consulta, ésta se llevaría a cabo en junio, al mismo tiempo que las elecciones que renovarán la Cámara de Diputados y varias gubernaturas. Con o sin consulta, ese día, en las urnas se dará el veredicto de si esta izquierda del Pacto, del no a la calle y a la estridencia de tomas de tribuna o adelitas, es también una izquierda con votantes.

Hoy, en el día de la derrota, parece complicado.

[email protected] 

Twitter: @puigcarlos

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