“La economía sucia, el narcotráfico, la estafa, el fraude y la corrupción son plagas contemporáneas cobijadas por ese antivalor, ese que sostiene que somos más felices si nos enriquecemos sea como sea”

Los mexicanos de hoy se ven privados en gran parte de una alternativa política real, debido a que la crisis de desconfianza que envuelve a la administración gubernamental, esto no sólo afecta al ejecutivo, sino a toda la clase política del país, “Cuando un País está en crisis, por lo general es un momento propicio para que los partidos opositores ataquen, pero en México, las controversias, fracasos y crisis de confianza que envuelven al estado mexicano han afectado no sólo a su administración publica, sino a toda la clase política”.

Ningún partido ha salido ileso, ni las instituciones, incluidas las universidades y el Ejército Mexicano, tradicionalmente respetado en el país. La izquierda mexicana es la que más se ha visto más afectada porque algunos de sus políticos han sido expuestos como corruptos e involucrados con el narcotráfico.

Por eso la izquierda no ha sido capaz de sacar provecho de los disturbios y las protestas generalizadas contra el partido en el poder, la crisis de la izquierda se agravo aún más con la renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

“Uno de los fundadores del PRD y su candidato presidencial en dos ocasiones. Su otro prominente líder, Andrés Manuel López Obrador, quien ahora tiene un partido de izquierda independiente, se ha mantenido inusualmente tranquilo”.

Los casos mencionados anteriormente han condenado a la izquierda “quien no podrá anotar importantes victorias electorales este 2015”. El desencanto de los mexicanos no  es sólo con el PRD, sino también con el Partido Acción Nacional luego de sus 12 años en la presidencia.

El resultado del descontento de la sociedad mexicana, ha sido una caída en picado de la popularidad del ejecutivo federal y casi todas las instituciones políticas, según el último sondeo. El Ejecutivo federal y los miembros de su círculo íntimo también se han visto afectados con las acusaciones de conflicto de intereses en la adjudicación de lucrativos contratos de obras públicas.

El índice de desaprobación del Presidente se ha elevado al 52 por ciento, la más alta de su gestión y más negativas que las de sus dos predecesores, lo mismo sucede con la caída de confianza de todas las instituciones en los últimos tres meses.

“El más grave fenómeno es que las personas están perdiendo de vista la democracia como el vehículo institucional para cambiar las cosas”, la Iglesia católica que a menudo se mantiene al margen de las controversias nacionales, se ha pronunciado contra los funcionarios por su incapacidad para hacer frente a los problemas del país. “Nuestro país está en crisis”,  La desigualdad, la injusticia, la corrupción, la impunidad, las complicidades y la indiferencia nos han sumido en la violencia, el miedo y la desesperación”.