La cultura como espectáculo (2)
Es penoso que la literatura deba integrarse en el rubro 'multidisciplinario', como si por sí sola no fuera suficiente para figurar en los festivales.
Lo nocivo de las visiones que actualmente caracterizan a las instituciones culturales, tanto estatales como locales, en cuanto a apoyos y convocatorias que excluyen algunas disciplinas artísticas para privilegiar otras de manera arbitraria, es el tópico de esta entrega. Ejemplifiquemos: la reciente convocatoria que emitió el Ayuntamiento donde se invita “a postular y obtener un portafolio profesional en la Plataforma de Vinculación Artística P01 gestionada por la Oficina de Promoción de Artistas de la Dirección de Cultura, la cual brinda la oportunidad de exponer, representar y posicionar el trabajo artístico local con diversas instancias programadoras a nivel nacional”.
Si bien lo anterior es muy loable, sólo contempla danza, artes circenses, teatro, música, artes visuales, multidisciplina y espectáculos para niños. De las cuales, 5 de 7 son disciplinas escénicas. Pero, ¿qué pasa con otras disciplinas artísticas que no necesariamente están hechas para su inclusión en escenarios? ¿Por qué se les niega la oportunidad de formar parte de un catálogo orientado a promover a los creadores locales en todo el país?
En el caso de la literatura, es penoso que se deba integrar con otras disciplinas para siquiera poder entrar en el rubro “multidisciplinario”, como si por sí sola no fuera suficiente para figurar en la programación habitual de festivales y demás. Al parecer a los expertos jurados calificadores de estas iniciativas se les ha olvidado que la literatura va más allá de escribir libros, pues ignoran que tanto talleres como presentaciones de libros y conferencias contribuyen a la formación de públicos y son un patrimonio cultural muy necesario en esta nación con nimios lectores. Incluso si buscaran el espectáculo, para eso estarían las lecturas dramatizadas o musicalizadas, también los cuentacuentos o cuenteros.
Nada de lo anterior podrá formar parte del catálogo, pues deliberadamente han sido excluidos tanto el cine como la literatura, y el 9o arte, el cómic, ni se diga -el Fonca sí la contempla en el rubro de Narrativa Gráfica-, pues, como siempre, en materia cultural vivimos en una calurosa dimensión anacrónica.
Sorprende que Irving Berlín, siendo poeta, no se preocupe por incluir la disciplina que más prestigio le ha dado, pues en la convocatoria del Fondo de Ediciones se publicarán ediciones de 50 libros y una versión digital, cuando antes el tiraje era de mil. Se trata de sumar, no de restar, pues los 500 mil pesos que ha costado la plataforma y la oficina de reciente creación antes mencionada tan sólo para producir un catálogo virtual e impreso, bien pudieron invertirse en proyectos incluyentes en lugar de perpetuar el clientelismo fugaz del hecho escénico. Pero eso pasa cuando se vislumbra la cultura como un mero espectáculo…