La devaluación del yuan en China preocupa a industriales mexicanos, ¿Cuáles son sus consecuencias?
El sector industrial hizo un ajuste a la baja de sus expectativas de crecimiento económico para el cierre de 2015...
El sector industrial hizo un ajuste a la baja de sus expectativas de crecimiento económico para el cierre de 2015, señaló que en el peor de los escenarios el Producto Interno Bruto (PIB) concluirá el año con un avance de sólo 2% contra su pronóstico inicial de 2.7%.
Manuel Herrera Vega, presidente de la Confederación de Cámara Industriales (Concamin), manifestó su preocupación por el yuan, que hoy es la principal preocupación del sector fabril, ya que 70% de los productos mexicanos que se exportan a Estados Unidos pueden tener competencia China y existe el riesgo de que sean desplazados. Sentenció que el desplazamiento de las mercancías mexicanas en el mercado norteamericano, por parte de los productos chinos, puede “darse muy rápido”.
La segunda preocupación del sector manufacturero está en que si continúa el debilitamiento del peso frente al dólar, muchos sectores ya no podrán aguantar y tendrán que trasladar los aumentos que han sufrido en sus materias primas a los precios finales al consumidor.
Indicó que hasta ahora, el peor pronóstico sobre la inflación es que ésta cerrará en 3.11%, siempre y cuando el tipo de cambio se ubique entre los 14.98 y 15.90 pesos por dólar, pero si el tipo de cambio sigue en los niveles actuales, el índice de precios al consumidor terminará el año todavía más alto.
Esta ha sido, sin duda, la devaluación más profunda del yuan en dos décadas, esto es algo que cambia las cosas. La última vez que la moneda experimentó tal desplazamiento, en 1994, la economía china se ubicaba detrás de la canadiense en el octavo puesto mundial, y pocos fuera de sus fronteras habrían podido decir el nombre de la moneda.
Ahora bien, el proceso en China de permitir una mayor participación del mercado en el establecimiento del nivel del yuan ejerce influencia en monedas, materias primas y acciones del mundo entero y reformula las perspectivas económicas globales. Comparto a continuación algunas de las formas en que impactará una devaluación sostenida del yuan.
Mire usted, analistas de Bank of America Merrill Lynch se cuentan entre quienes piensan que la devaluación del yuan ensombrece el panorama para Janet Yellen. Era dinero fácil: tomar crédito barato en el exterior, llevar de alguna manera los fondos a China para obtener un fuerte margen de tasa de interés y vender más adelante, cuando se pueda obtener una ganancia cambiaria. Una declinación sostenida del yuan daría por tierra con eso.
Incluso si no se tiene cuenta el yuan más débil, la profundización de la deflación y el probable contagio a los precios de las exportaciones significaron juguetes, camisetas y televisores más baratos en todo el mundo. Si ahora se le suma el debilitamiento de la moneda, podría llegar a observarse que la devaluación china revive los temores globales a una deflación.
Los precios globales de las materias primas –la mayoría de las cuales sigue teniendo precio en dólares estadounidenses- se han visto afectados desde el movimiento del yuan. Una mayor debilidad sería un mal augurio para las perspectivas económicas de los países dependientes, entre ellos, Australia, Brasil y Chile.
Un yuan más débil también significa que ahora a los consumidores chinos les resulta más caro comprar autos alemanes, relojes suizos y bolsos franceses. Son malas noticias para una región inmersa en perspectivas sombrías, sobre todo, si los turistas chinos reducen sus vacaciones en el exterior. La debilidad del yuan impulsa la venta de otras monedas regionales. Vietnam ya ha respondido con una ampliación de la banda de negociación del dong. ¿Podrían otros bancos centrales verse obligados a tomar medidas defensivas?
Sin duda hay un lado positivo: si un yuan más débil contribuye a que China recupere las fuerzas, será una ventaja para la economía global.