La diáspora que quiere Peña Nieto

El presidente de la Diáspora Latina es precisamente Fernando Sepúlveda, un ex Harvard que ya ha replicado su aceleradora Impulsa en 12 países y que se mudó a Sillicon Valley para servir de nexo entre este polo generador de emprendedores y México.

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“Estamos en el mejor país y en el mejor momento para emprender”, asegura Adriana Tortajada Narváez, directora general de Programas de Emprendedores y Financiamiento del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem). Hace 10 años dirigía el Fondo Emprendedores de Nafin-Conacyt. Ha pasado la última década siguiendo el desarrollo, el crecimiento y los avatares de los emprendedores. 

Uno de los proyectos que la tiene ocupada es el del Consejo Binacional de Emprendimiento e Innovación (Museic, por sus siglas en inglés), creado el año pasado tras la visita de Barack Obama a México. 

El primer dato para jugar en cancha pareja con el vecino y socio fue contabilizar que las empresas mexicanas (Cemex USA, Gruma, Lala, Alfa o Mexichem) han creado más de 80 mil empleos en EU. “Esto nos pone como verdaderos aliados comerciales”, dice Tortajada. ¿Otro dato que debe influir en impulsar desarrollo económico de ambos lados de la frontera? 78% de los niños menores de 5 años es de ascendencia latina.

El Museic cuenta con 12 consejeros por país, enfocados en siete temas vinculados con emprendedurismo y creación de riqueza.

Entre los miembros del lado mexicano están Álvaro Rodríguez Arregui, de Ignia; Pilar Aguilar, de Endeavor; Marcus Dantus, de SUM; Hernán Fernández, de Angel Ventures México, y Fernando Sepúlveda, de Impulsa México. 

Uno de esos siete proyectos es el de Diáspora Latina. “La idea es atraer a todos esos mexicanos que están en otros países haciendo una actividad exitosa para que apoyen a emprendedores en nuestro país”, agrega Tortajada.

El presidente de la Diáspora es precisamente Fernando Sepúlveda, un ex Harvard que ya ha replicado su aceleradora Impulsa en 12 países y que se mudó a Sillicon Valley para servir de nexo entre este polo generador (y atractor) de emprendedores y México. 

La idea es que sea un camino de doble vía: no solo buscar dinero para financiar a emprendedores aquí, sino, incluso, para que ellos puedan lanzarse directamente en EU o, por otro lado, que estadunidenses aprovechen a México como trampolín para cubrir a todos los socios de la Alianza Pacífico. 

“Será una diáspora 100% empresarial”. Suena bien y pone el acento en premiar y emular el éxito ajeno. Los fondos están volteando a México y una coordinación con EU podría ser el verdadero detonador de esta promesa incumplida.

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