La FIL 2013: un modelo a seguir en la Filey
En esta ocasión el país invitado fue Israel, pues incluso el presidente de dicho país, Shimon Peres, estuvo presente durante la feria.
Por cuestiones de turismo cultural –siempre es así–, el fin de semana pasado tuve la oportunidad de asistir a la Feria Internacional del Libro 2013, la magna fiesta editorial mejor conocida como la FIL de Guadalajara.
Quienes hayan tenido oportunidad de visitarla este año o en ediciones anteriores podrán darse una idea de la vorágine en la que el bibliófilo se ve inmerso al entrar a las instalaciones de la Expo Guadalajara, sede anual de la feria en la cual confluyen más de 1,000 casas editoriales y decenas de escritores nacionales e internacionales, mezclados entre los visitantes que pululan en los pasillos y los stands abarrotados de libros y ofertas editoriales.
En esta ocasión el país invitado fue Israel, pues incluso el presidente de dicho país, Shimon Peres, estuvo presente durante la feria. Entre los escritores judíos más representativos estuvieron David Grossman y Edgar Keret, pues el primero incluso sostuvo una charla multitudinaria acompañado de nada menos que Mario Vargas Llosa, otra de las cartas fuertes de esta edición, así como el colombiano Fernando Vallejo.
A diferencia de la fallida Filey que se orquesta en nuestro terruño, da gusto constatar que la FIL es una auténtica celebración de las letras, pues contó con la presencia tanto de editoriales nacionales como internacionales y un flujo que se calculó en 700 mil personas durante toda la semana de actividades, misma que termina el día de mañana.
Sin inflar los números como ocurrió en la Filey 2013, fue evidente el interés de tantos visitantes, lectores y curiosos, que llenaron prácticamente todas las conferencias y firmas de libros durante horas, pues la calidad de los invitados no era para menos, al contrario de lo que sucede en Yucatán, donde son notorias las salas vacías, la baja venta reportada por los editores y los descuentos ínfimos, que son resultado de la pésima gestión de la Uady a través de Rafael Morcillo, pues persiste la necedad de siempre traer a los mismos invitados y mismas editoriales cada año, mezclando chile con manteca, y donde el país invitado no luce en absoluto (si no me creen, pregúntenle a los franceses y a la Alianza Francesa, cuya presencia literaria fue mínima).
Fernando del Paso, Villoro, Bellatin, Chimal y otros fueron algunos de los escritores nacionales que estuvieron presentes en esta feria cuya importancia y extensión son difíciles de resumir en este breve espacio, pero vaya el comentario como apunte para los organizadores de la futura Filey…