La Reserva Federal manifestó en su Sesión del 18 de marzo la intención de elevar sus tasas de interés, lo que implicará la atracción de capitales de otros países hacia Estados Unidos, pero aún con ello, el peso, lejos de depreciarse, ganó 1.7% el miércoles, mientras que el mercado accionario en México avanzó 1.37%.

La razón, de acuerdo con los analistas, está en las señales de debilitamiento del crecimiento de la economía estadounidense causadas, en parte y paradójicamente, por un dólar fuerte que podría estar encareciendo los productos hechos en Estados Unidos. 

“El crecimiento de las exportaciones se ha debilitado”, advirtió la Fed en su comunicado.
“Es como una referencia indirecta a como la fortaleza del dólar afectó el panorama”, explicó en un reporte Michael Feroli, economista en jefe para Estados Unidos de JP Morgan.

Según nuevas estimaciones del banco central estadounidense, esa economía crecerá entre 2.3 y 2.7% en este año, en lugar de 2.6 y 3% que se estimaba en diciembre. 
Para 2016 el ajuste fue de entre 2.5 y 3%, a un rango de 2.3 a 2.7%.

El alza de tasas de la Fed, que fortalecería más el dólar, podría prolongarse incluso hasta septiembre, de acuerdo con Feroli, de JP Morgan. 

Morgan Stanley, de plano estima que ya no habrá alza de tasas en este año. 
“Por la rápida apreciación del dólar estadounidense, esperamos que la Fed prescinda de subir las tasas este año”, dijo Ellen Zentner, la principal economista de Morgan Stanley en Estados Unidos, en una nota de investigación.

Para Ernesto O’Farril, director de análisis y estrategia de Actinver, la caída del dólar fue porque los mercados reaccionaron positivamente al discurso de Janet Yellen, presidenta de la Fed. 

Para el experto, la reacción fue totalmente opuesta debido dos aspectos: en primer lugar, a la reducción en el pronóstico de crecimiento, conservando además también una predicción de inflación por debajo de 2% –que es la meta que tiene la Fed- y, adicionalmente, en la rueda de prensa de Yellen se enfatizó que quitar la palabra “paciente” no significará ser impacientes.

Brasil castiga a empresas por corruptas y varias de éstas operan en México

Seis de las 23 empresas a las que se les prohibió celebrar contratos con el gobierno brasileño, por actos de corrupción vinculados a proyectos con Petrobras, tienen operaciones en México con dependencias como Petróleos  Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Las constructoras Camargo Corrêa y Andrade Gutiérrez, que tienen a sus principales ejecutivos encarcelados en Brasil por el caso de corrupción en Petrobras, construyeron en México la Torre Administrativa en Nuevo León, obra que se entregó con dos años de retraso y con severos cuestionamientos por el alza en presupuesto que pasó de 900 millones a mil 30 millones de dólares.

Otras dos empresas señaladas en los presuntos actos de corrupción en el país sudamericano son Techint y Odebrecht, encargadas de desarrollar la segunda fase del gasoducto de Los Ramones. 

Construcap, también implicada en el caso de “Lavado Rápido” en Brasil, firmó un contrato con Pemex por 8 millones de pesos para el mantenimiento y conservación a casas habitación en Poza Rica, en 2010.

Mientras que IESA, a la que se le comprobaron contribuciones para las campañas del Partido de los Trabajadores de Brasil, tiene contratos con la CFE, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y la Secretaría de Educación Pública (SEP), para dar mantenimiento a sus transformadores, según el Portal de Obligaciones del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI).