La grandeza de lo pequeño

El Principito forma parte del cine, el teatro, y muchas variantes más del mundo del performance y de la edición.

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La dedicatoria dice: “A León Werth. Cuando era niño”. Y relata: “Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor”.

Quizá esta aparente contradicción haya podido influir en la general clasificación que se hace de esta obra, pues una parte de los lectores la consideran una obra de literatura infantil.

Desde mi punto de vista, la paradoja reside en ser una historia que nos habla de un niño, y que, al hacerlo, antecede una explicación que va dirigida hacia el público infantil, orientándose en la infancia de un adulto; añadimos a esto que la edición combina texto con dibujos, a la manera de los cuentos infantiles.

El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, publicada por vez primera en 1943, por el escritor y aviador francés, es considerada por la Academia como una novela corta. La obra apareció en inglés y en francés al mismo tiempo, ha sido editada en un muy amplio número de ocasiones; baste quizá decir, para dar una idea general respecto a ello, que ha sido traducida a más de doscientas lenguas, incluido también el sistema de lectura Braille.

En idioma español apareció en 1951; las estadísticas del mercado literario hablan de un promedio de ventas que ronda el millón anual. La obra también forma parte del cine, el teatro, y muchas variantes más del mundo del performance y de la edición.

El ejemplar que tengo conmigo es en sí mismo pequeño, en su portada aparece la tan conocida imagen del Principito, en su contraportada tenemos otro dibujo de la obra, a cuyo pie leemos: “-Adiós -dijo el zorro-. Este es mi secreto. Es muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos".

El autor, premiado en un gran número de ocasiones, escribió ésta y otras de sus obras mientras se encontraba en el exilio, delicado de salud, y en medio de una profunda crisis personal.

Seguramente, en medio de todo ello, él mismo siguió el consejo del zorro, y se fijó únicamente en lo esencial.

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