“La historia de los 3 canteros”

Estamos llamados a una vida noble, creadora y adquirimos el significado de nuestros actos cuando los incluimos en un proyecto grande, superior a nosotros mismos.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Para ser capaces de enfrentarnos a la angustia, al dolor o, simplemente al cansancio o al aburrimiento, los seres humanos necesitamos encontrar un sentido a lo que hacemos. Porque de lo contrario nace en nosotros un sentimiento de despropósito, de incomprensión y tendremos una vida en sin sentido.

Hay personas que quieren tener un hijo o escribir un libro, o fundar una empresa, o bien luchar en un partido político, precisamente para encontrar un significado a su existencia. Hay una gran diferencia entre lo que hacemos y el significado que tiene lo que hacemos.

Hay una bella historia de hace siglos, en la que narra que un hombre paseaba por la ciudad castellana donde se construía una catedral y vio a tres canteros trabajando. Cada uno de ellos tallaba una piedra a golpe de cincel y martillo. Las tres piedras eran muy parecidas.

El viajero se acercó al primer cantero y le preguntó qué hacía. “Pues ya ve, destrozando mis manos y mi cuerpo tallando esta maldita piedra”. Se acercó al segundo y le hizo la misma pregunta, a lo que éste respondió: “Tallando un bloque cuadrado para continuar ese muro”. Por último, se acercó al tercer cantero, que respondió entusiasmado: “¡Estoy construyendo una catedral!”. Y de los tres, sólo este último tenía una sonrisa en los labios. Las piedras eran iguales; el esfuerzo, parecido; el sentido, absolutamente distinto. 

Hoy te pregunto: ¿Qué tipo de cantero eres? ¿Gozas tu vida o sufres tu vida? ¿Disfrutas tu trabajo, o sufres tu trabajo? Si la vida te dijera ¿qué deseas, qué le responderías? Y la más fuerte: ¿sabes cuál es el sentido de tu existencia?

La anécdota anterior nos revela un secreto: estamos llamados a una vida noble, creadora y adquirimos el significado de nuestros actos cuando los incluimos en un proyecto grande, superior a nosotros mismos, que nos permite ver nuestras desdichas, nuestras limitaciones, y también nuestras alegrías desde otra perspectiva.

La necesidad de encontrar un sentido en nuestra vida nos lleva a colaborar en cosas grandes, a emprender las obras del amor, a dejarnos arrastrar por la llamada de una vida generosa y creadora. Sirviendo sin esperar ser servidos, amando sin esperar ser amados, y dando sin esperar recibir.

El acto del servicio y ofrecer nuestra vida por los demás es el mejor regalo que podemos darnos a nosotros mismos. Entendiendo que el servicio es la máxima expresión del amor. Porque con servicio, amor y acciones por los demás lograremos trascender y encontrarle un sentido a nuestra existencia.

Lo más leído

skeleton





skeleton