Luego de 10 días de haber conmemorado una significativa página de nuestra historia y antes de que termine septiembre, vale la pena recordar. La Batalla de Chapultepec tuvo lugar el lunes 13 de septiembre de 1847.

Seguro  nos acordamos de los Niños Héroes, ¿no?, y que uno de los niños (Juan Escutia) se aventó de forma por demás heroica envuelto en la enseña tricolor para evitar que sea mancillada por los invasores.

¿Todo bien hasta allá?, considero que sí, solamente que en los capítulos de nuestra historia se omite muchas veces decirnos quién fue el invasor.

Este no fue ni más ni menos que nuestro querido vecino del norte, los Estados Unidos. No se dice que la llamada Guerra del 47 había empezado en un momento en el que México atravesaba grandes conflictos internos y no tenía conciencia nacional.

En este mismo tiempo, en el que se aprovechó esta falta de conciencia, el vecino del norte (y eso sin ser antiyanqui) supo beneficiarse con engullirse fácilmente terreno mexicano, en un tiempo en el que la misma Filipinas pedía ser adherida a México, pedía ser mexicana.

Sólo es un dato cultural, algo que quedó en el pasado y como eso debe quedar, como una página de nuestra historia. Ahora, resta no vivir del pasado, sino aprender de él para saber y no repetir esas escenas.