La lógica elemental de 'El Piojo'

La sencillez que de lo personal traslada a lo táctico: ganar, ver qué, empatar, clasificar, y seguir viendo, de uno en uno, de partido en partido, un escalón a la vez.

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Uno celebra cuando puede. Florestán

Dos días antes de iniciar el Mundial, Miguel Herrera, en su tono franco, coloquial, me hablaba de sus cálculos: ganar el primero a Camerún, ver qué pasaba con Brasil y empatar el tercero con Croacia, dijo al trazar su ruta crítica para pasar a la siguiente ronda de Brasil 2014.

Lo oía seguro, confiado, con un mapa que por su sencillez: ganar, ver qué y empatar, parecía imposible.

Pero esa me parece que es una de sus características, la sencillez que de lo personal traslada a lo táctico: ganar, ver qué, empatar, clasificar, y seguir viendo, de uno en uno, de partido en partido, un escalón a la vez.

Cuando algunos técnicos del micrófono, ¡ah cómo saben!, escucharon el planteamiento, lo descalificaron con el rudimentario: no es tan sencillo. Y efectivamente no, el objetivo no era sencillo, pero el planteamiento sí, lo que molestó a algunas de esas voces que todo lo saben en el futbol y que, por lo escuchado, que no por lo visto, querían una estrategia de computadora con miles de elementos que convergieran en una serie de escenarios para de ahí, con base en modelos matemáticos, El Piojo diera a conocer su esquema mundialista, olvidando que la base y el éxito del futbol es la sencillez de una pelota que rueda.

Herrera, con la misma inteligencia natural que le caracteriza, los desoyó e hizo lo suyo llevando los resultados, incluso, por encima de su cálculo original de ganar, ver qué y empatar, y la selección venció a Camerún, empató sorprendente y brillantemente con Brasil y arrolló a Croacia estando, por un momento, empatado en el primer lugar de su grupo con los anfitriones, lo que se rompió por la diferencia final de goles.

El triunfo estalló en México en todos los niveles, en todos los rincones, en todas las expresiones. Rebasó las versiones más que perversas, estúpidas, de que el Mundial es una cortina de humo para distraer de los problemas y graves decisiones nacionales, que además no se toman.

Y los mismos me dirán que la alegría durará cuando mucho hasta el domingo, cuando México enfrente a Holanda, y les contestaré que la del futbol es una alegría mayor a la que todos ellos, críticos y políticos juntos, nos han dado.

Más aún: a lo mejor el domingo esa historia se prolonga.

Retales

1. Sede vacante. Es un escándalo peor que la Estela de Luz, el de la sede del Senado que costó más de cuatro mil millones de pesos y tiene graves carencias que nadie resuelve y nadie responde;

2. Rémoras. Todos los partidos, excepto el PAN, se lanzaron a la Suprema Corte para que les apruebe lo que el Senado no quiso y se reforme la ley para seguirle dando vida artificial a sus rémoras; y

3. Médicos. Cuidado con el tema de los médicos. Es de esos problemas que luego los gobiernos no saben cómo iniciaron y menos cómo resolverlos, cuando el punto central es de atención: atenderlos.

Nos vemos mañana, pero en privado

[email protected]

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