Plenamente conscientes de sus nulas posibilidades de competir en las urnas por las diputaciones federales en los tres distritos de Quintana Roo, los políticos “de peso” en el PAN están enfrascados en una lucha interna para que sus nombres lleguen a la lista de plurinominales, vía que les brinda la posibilidad de obtener una curul sin hacer campaña.

Y mientras a la contienda están enviando pura “carne de cañón”, panistas con mayor exposición pública como la ex diputada local Patricia Sánchez Carrillo, la diputada local y ex alcaldesa de Lázaro Cárdenas, Trinidad García Argüelles, y la regidora capitalina Mayuli Latifa Martínez Simón, están presionando con todo para ser incluidas en un lugar de privilegio en la lista de “pluris”.

La grilla interna en el blanquiazul está a todo lo que da, sobre todo después de que el polémico Gustavo Madero Muñoz retomara la dirigencia nacional, fracturando al partido de cara a las elecciones del próximo 7 de junio.

A nivel local, algunos panistas señalan que la regidora Mayuli Martínez, a pesar de su nula presencia política, lleva ventaja sobre sus competidores por su calidad de abnegada “maderista”,  ya que fue una de las operadoras del líder nacional en la entidad.

Sin embargo no hay que descartar a sus rivales porque cuentan con su propio peso específico dentro del partido.

Muy lejos de sus correligionarios se encuentra el también regidor capitalino y ex diputado local, José Hadad Estéfano, quien se apuntó para ser tomado en cuenta para las “pluris” pero que no goza del respaldo de ningún grupo político significativo al interior del blanquiazul.

Resistencia al cambio

Con la inminente entrada en vigor del cambio de horario en Quintana Roo, los primeros conflictos empiezan a aparecer en el mapa, ya que padres de familia y maestros de algunas escuelas primarias de esta capital se organizaron para rechazar la nueva hora de entrada implementada por la Secretaría de Educación y Cultura a partir del próximo 3 de febrero.

La decisión divide opiniones, pues mientras muchos padres de familia consideran positivo el correr media hora la entrada y salida de los alumnos como una forma de evitar que los niños resulten afectados, otros se oponen totalmente.

En algunas primarias están realizando asambleas con los padres de familia donde han decidido implementar su propia “hora rebelde”, decididos a mantener la misma hora de entrada y salida.