La narrativa, los hechos y la acumulación de muertos
Los dos ejes del discurso de Graco Ramírez ayer son exactos a los ejes del discurso de Felipe Calderón en algún momento del sexenio pasado.
El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, después de un fin de semana de gran violencia en su estado dijo esto: “En primer lugar hablemos de las cosas que están ocurriendo bien, cambiemos la narrativa, porque si estamos insistiendo en lo que todavía pasa, al ideal de cero actos de violencia o delitos, pues entonces no hay manera, en ninguna parte del mundo.
Creo que nos conviene saber más lo bueno que lo que ocurre todavía. Exaltemos, hagamos esta nueva narrativa, hablemos de las cosas buenas y no queramos que eso malo que aún queda siga siendo, como que hasta hay un regodeo de algunos en las redes, aquí hubo quizás acciones (violentas) contra 10 gentes, pero hubo más de 20 mil gentes disfrutando de algo que no tienen acceso los morelenses y que lo estamos haciendo como un esfuerzo de recuperación de las calles”.
Fue más allá. Cuando le preguntaron si había alguna explicación de lo que había sucedido el fin de semana contestó: “¿Cuál es la hipótesis del equipo de la comisión interinstitucional de seguridad, que nos reunimos diario, de esto que pasó? Que son ajustes entre grupos esto que ocurrió, no actos contra ciudadanos de violencia, aunque son ciudadanos, pero están vinculados a la actividad delictiva, son más ajustes de cuentas”.
Los dos ejes del discurso de Graco Ramírez ayer son exactos a los ejes del discurso de Felipe Calderón en algún momento del sexenio pasado: que los medios debían cooperar dejando de hablar de la violencia y que la violencia era producto de broncas entre criminales. Ese fue el discurso calderonista por el que fue criticado y que de poco sirvió para que la realidad cambiara.
Es también la lógica que sin hacerla explícita —como sí lo hizo Graco— está aplicando el gobierno federal. No hablar de seguridad cambiará —al menos— la percepción.