La necia arrogancia de los jueces del DF
Para María del Rosario Mancera la lección fue la de nunca más dejar entrar una cámara ni un periodista a ningún juzgado, nunca.
La juez 17 de lo civil, María del Rosario Mancera, debe haber visto Presunto culpable, pero seguro tuvo la reacción opuesta a la de los millones que fueron al cine.
Para ella lo más terrible de la cinta no fue el judicial que “no recordaba” nada, ni el testigo que admitió no saber, muchos meses después, quién había matado a su primo; ni la ministerio público que hiciera famoso el “porque es mi chamba”; ni el juez que, a pesar de todo eso, le volvió a echar 20 años de prisión a Antonio Zúñiga.
No. Para María del Rosario Mancera la lección fue la de nunca más dejar entrar una cámara ni un periodista a ningún juzgado, nunca. Y en eso ya encontró un aliado en Édgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
Roberto Hernández y Layda Negrete, creadores de Presunto culpable, han sido demandados por el testigo aquel y el ex policía judicial. Ambos alegan que el documental ha dañado su imagen. Eso no creo que se les pueda discutir, el problema es creer que la culpa sea de los autores de la película y no de sus propias acciones y comportamientos, y que, por lo tanto, tengan derecho a millones y millones de compensación.
Esa es la discusión que se debe dar en un juzgado.
Y a ese juzgado, que nadie se extrañe, Roberto Hernández y Layda Negrete quisieron meter su cámara e invitaron a muchas otras cámaras.
La juez se negó y el tribunal que preside Elías Azar emitió un comunicado en el que, entre otras cosas, dijo: “El TSJDF manifiesta su rechazo a las acciones de ejercer presiones o amenazas contra el ejercicio de las responsabilidades de este tribunal”.
Caray. El ingreso de periodistas a la audiencia visto como presión y amenaza.
Esto a unos cuantos años de que la reforma de justicia penal haga todos los juicios orales y públicos.
Y sí, hay que decirlo, esto después de que Presunto culpable exhibiera las miserias de nuestro sistema judicial.
La respuesta de Elías Azar y sus jueces: taparlas.