La paradoja de la piel

Los escritores han encontrado en la piel elementos artísticos, destacando sus aspectos misteriosos y contrastantes.

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Cuando el cuerpo humano es el objeto del quehacer de los artistas plásticos, la piel  ocupa un lugar preponderante en sus obras, como en el Adán de la capilla Sixtina y el David de Miguel Ángel,  o el nacimiento de Venus de Boticelli, o las señoritas de Avignon con cuyos trazos Picasso inicia el cubismo, o el arte  fotográfico desnudo del maestro Álvarez Bravo o la barba y cabello sujetado del Columnista.

Los compositores la hacen parte de sus canciones: piel de armiño, piel canela, piel de nopal, te llevo bajo mi piel; un maestro decía que no se han escrito sinfonías a la piel, pues ésta es en sí misma una sinfonía de texturas, matices y colores que al igual que la música evoca, convoca y provoca, ¿cómo se escucharía bajo la batuta del maestro Lomónaco,  quien, con  su magistral dirección no solo emociona al oído  sino también a la  epidermis?

Los escritores  han encontrado en la piel elementos artísticos, destacando sus aspectos misteriosos y contrastantes como en el cutáneo soneto  del  insigne maestro Alfonso reyes. “La paradoja de la piel”.

“Nada más misterioso que la piel, es estuche que nos arropa y resguarda, pero es tela vibrátil que nos comunica con el exterior. Es superficie pero expresión de profundidad. Es un aislador permeable. Es sensible y sufrida, es aguerrida y melindrosa. Imagen del misticismo militante, plumaje indemne entre pantanos, se conserva y se entrega, vive en las tentaciones y las reduce a su dominio. Es virginidad renaciente como las huríes orientales. Está en la zona tempestuosa donde chocan las corrientes del yo y del no yo y es al mismo tiempo accesible y resistente. ¡cuánta contradicción!”

La poeta y ex gobernadora de Colima Griselda Álvarez  dedicó otro soneto al órgano cutáneo en el que señala la sensualidad y el valor humano que la piel le confiere  al hombre.

“Tu piel cautiva, festival del tacto, como llovida en plenitud te envuelve, si a veces en follaje se resuelve, con la aridez en otra hace pacto. Camino de la seda tu contacto, en bengalas de sol se desenvuelve, porque termal, magnética, devuelve las corrientes oscuras de lo abstracto.
Protectora, absorbente, sensitiva, impermeable también, dura en tus manos pedernal, del amor iniciativa. Si el pigmento divide a los hermanos, tú y yo sabemos que la piel cautiva y es por la piel que somos más humanos”.

Otros escritores han expresado: “nada más profundo que la piel”, P. Valery. “Los años arrugan la piel, perder los ideales arruga el alma”, Cicerón. “La tierra tiene una piel y esa piel tiene enfermedades. Una de ellas es el hombre”, Nietzsche. “La mortaja fiel en el final de la existencia”, F. de La Cruz.

A la piel se le han descrito más de 2000 enfermedades, pero también es  divina expresión artística. ¡Cuánto padecimiento y belleza en la misma  humana superficie!.

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