Cuenta Luis Rosado Vega, director del Museo Arqueológico del Estado durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto, que, en 1923, el Instituto Carnegie llevó a cabo una importante exploración en las ruinas de Chichén Itzá. Para documentar los trabajos, el New York Times  comisionó a la periodista Alma María Sullivan Reed, conocida como Alma Reed.

El 14 de febrero, día de San Valentín, arribó a Mérida la delegación norteamericana y se hospedó en el Gran Hotel. Al día siguiente, la periodista entrevistó al gobernante, quien  la invitó a la velada de la Liga Central que tendría lugar el lunes 19, en la Casa del Pueblo.

Después del evento, acompañados del poeta Luis Rosado Vega, se encaminaron a una cena en la casa del maestro Filiberto Romero, director del Conservatorio de Música. Con el aguacero de la tarde la tierra despedía un  grato y sugestivo olor de humedad. Alma Reed comentó: ¡Qué bien huele! Rosado Vega respondió: Todo huele bien porque a su paso tierra y flores quisieran besarla.  Felipe acotó: Eso se lo vas a decir en un verso.

Se lo diré en una canción, ripostó el poeta.

Al día siguiente,  Ricardo Palmerín, amigo personal de Rosado Vega, recibió los versos y los musicalizó de inmediato. Así nació Peregrina, la canción que enmarcó el trágico romance de la periodista con el gobernante. Carrillo Puerto fue fusilado  el 3 de enero de 1924, en el Cementerio General de Mérida. Alma falleció en la ciudad de México el 20 de noviembre de 1966. Por disposición testamentaria  sus cenizas fueron  traídas a Mérida  el 22 de octubre de 1967 y se depositaron en una tumba en forma de columna maya,  próxima a la Rotonda del Partido Socialista del Sureste donde reposan los restos del mártir yucateco.