Hoy se cumple una semana del tiroteo en el club nocturno Blue Parrot de Playa del Carmen, con saldo de cinco muertos y 15 heridos, algunos de gravedad. Al día siguiente la Fiscalía General fue acribillada en Cancún y mataron al policía ministerial Humberto Mora Ochoa; tres sicarios fueron abatidos ese martes por la tarde, pero cinco detenidos fueron dejados en libertad porque fueron atrapados por error, en medio de la confusión generada por la rabiosa agresión tan sorprendente.

No hay antecedentes de una ofensiva tan intensa, ya que fue un terremoto con su réplica. Abre con el ataque en el repleto Blue Parrot, donde fueron asesinados un canadiense, un italiano, dos veracruzanos y una turista estadounidense. Los cuatro muertos, miembros del equipo de seguridad y organización del festival BPM.

El Ayuntamiento de Solidaridad (Playa del Carmen) fue sorprendido fuera de base, y su alcaldesa Cristina Torres Gómez admitió que las cámaras de vigilancia estaban de adorno cerca del Blue Parrot, negando a la Fiscalía una herramienta de uso común en otros rumbos, como Mérida y la ciudad de México.

En el ataque a la Fiscalía General en Cancún hubo más de 200 casquillos percutidos, con 10 armas cortas y largas y un lanza granadas. La intervención de la delegación de la PGR es obligada –lo fue desde el principio, pero hay que rescatarlos de su sueño–, al menos para determinar la procedencia del armamento que incluyó fusiles de asalto.

Aquí también estaban de adorno las cámaras de vigilancia, irresponsabilidad que debe ser atendida por el gobierno federal porque no se pueden dar estas facilidades al crimen organizado, y menos cuando ya enviaron un aviso de su capacidad mortífera.

Todos esperamos dos respuestas: ¿quiénes fueron y por qué? Tremenda asignatura para el Fiscal General Miguel Angel Pech Cen, cuando apenas había presentado a su equipo de estrellas, línea por línea. En el balance, lucen como mi América en el arranque del torneo.

Hoy esta columna cumple dos años en esta casa editorial, su cuna de libertades. Gracias a mi amigo Marco Lozano Ocman por la apertura a toda prueba y a todo el equipo que participa en la elaboración del Novedades Chetumal, un periódico de calidad suprema.