La prisa del tiempo

A veces llegan libros que aportan verdades en la semana o simplemente ofrecen pensamientos que aportan aprendizajes de vida...

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A veces llegan libros que aportan verdades en la semana o simplemente ofrecen pensamientos que aportan aprendizajes de vida, porque están llenos de sensibilidad y profundidad en cada historia. Es el caso de “Papeles de Ítaca y otros destinos”, del escritor Luis Bernardo Pérez, quien es ganador del XII Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola. Llego a mí de una forma inesperada y no deja de sorprenderme. Precisamente en uno de sus cuentos cortos titulado “El arte de buscar tesoros”, cito la frase que he reflexionado y que les comparto textual: el auténtico buscador de tesoros valora la paciencia, sabe que en su arduo e incierto oficio, la premura es desaconsejable. 

He aquí cuando me pregunto: ¿cuántas veces queremos que pase rápido el tiempo, que llegue el fin de semana, poder terminar la jornada laboral, correr por los pendientes, comer exprés y así una lista infinita de actividades que tienen que ver con la velocidad de cada segundo? Tal vez todo esto me suena familiar, y así es, uno tiene prisa por todo y hasta sientes que no te da el reloj para hacer lo que tienes que hacer. Sin embargo cuando te das cuenta que siempre andas corriendo por la vida, es cuando piensas: debí tomarme mi tiempo para disfrutar una u otra cosa que dejé ir. 

Por eso efectivamente coincido con el escritor que el verdadero buscador de tesoros, que puede ser representado por cualquier persona de esté universo, sabe que la paciencia es su mejor aliada. Si llevamos y entendemos los procesos de la vida, nos daremos cuenta que no hay que tener prisa por todo. El valor del tiempo es algo que se ha modificado en este siglo, hasta la tecnología tiene prisa por estar antes que todo y después de todo, supongo que les ha pasado que apenas adquieren un producto nuevo y al día siguiente ya pasó de moda. 

Entonces desde mi punto de vista, a veces deberíamos tomarnos el tiempo para disfrutar de todo lo que nos rodea, es decir, de qué te sirve vivir en un paraíso si nunca te das una oportunidad de caminar por la playa, sentarte a observar, hacer cosas que te gusten y te den esas valiosas pausas que nunca están de más. 

En estos días donde todo tiene prisa, es cuando me pongo a pensar que a cualquier edad,  sobre nuestras espaldas, estamos cargando la presión del reloj, así como he platicado con personas más jóvenes que yo o más adultas, todas coinciden que si no llegan a ciertos objetivos, están en etapas tardías. Aquí es cuando les digo, un vino cosecha tardía no quiere decir que sea malo, puede ser tu mejor descubrimiento. 

Les dejo de tarea para que cada quien analice como administra su tiempo. Recuerden que el caso no es ganar la carrera de la vida, sino disfrutar cada momento, ya que es único e irrepetible. Es bueno no quedarse con las ganas de hacer algo que les apasione y siempre se tendrá el tiempo para hacerlo. Descubran cuándo es su momento. 

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