La reforma a las telecomunicaciones

Acordar reformas no cancela el debate, tampoco la tarea de la oposición en el contrapeso y crítica al gobierno.

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A partir del prejuicio hacia quienes resultaron ganadores de la elección federal, era impensable la reforma de telecomunicaciones, como también era inimaginable que la profesora Gordillo fuera sujeta a proceso penal. El país se mueve más rápido de lo que parece y el Pacto por México ha sido la palanca de cambio. Así es porque la pluralidad, a diferencia del pasado, es parte activa de las reformas al facilitar los acuerdos y el proceso legislativo, además de representar un frente común que inhibe la resistencia de los intereses afectados por los cambios.

En la reforma no basta frenar a los poderes fácticos o incluso abrir la competencia. De lo que se trata es que el sector se vuelva palanca para la modernización de la economía y así avanzar en la competitividad de los amplios sectores dependientes de las tecnologías de la información y comunicación. También la reforma tiene el potencial para socializar beneficios y oportunidades para los millones de consumidores. No bastan mejores tarifas y opciones, también es necesario mejorar la calidad de servicio y productos.

Frente a lo mucho por realizar, lo alcanzado vale más por su significado que por sus resultados. El acuerdo y el encuentro de posturas entre los partidos revelan el potencial de la política. Sin embargo, es necesario mudar de hábitos y costumbres por quienes gobiernan y quienes se les oponen. La reforma de telecomunicaciones requiere reglamentación para concretar los objetivos de los cambios. En ese sentido lo más ya se ha alcanzado, que es modificar la Constitución, lo que sigue será más fácil, pero también importante para las reformas.

Acordar reformas no cancela el debate, tampoco la tarea de la oposición en el contrapeso y crítica al gobierno. A nadie debe preocupar que Gustavo Madero o Jesús Zambrano demanden y exijan, así como que el PRI replique y también haga crítica del trabajo de la oposición en el poder o en la representación legislativa. Lo importante es que los acuerdos sobre temas fundamentales se hagan realidad, como aconteció con la reforma de las telecomunicaciones.

Twitter: @berrueto

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