La reforma torcida de PAN y PRD

En ella se pretende sancionar de manera económica a los medios que no le abran de par en par sus espacios.

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La semana pasada, Gustavo Madero y Jesús Zambrano presentaron con sus senadores la propuesta de reforma político-electoral con la que pretenden presionar al presidente Enrique Peña Nieto y al PRI como moneda de cambio en la negociación de la reforma energética y la apertura de Petróleos Mexicanos al capital privado.

La propuesta panista-perredista tiene elementos que son ya prácticamente de consenso, como las segundas vueltas en las elecciones para gobernador y presidente, aunque no dejan clara la figura de gobiernos de coalición; hacen un guiño a Manlio Fabio Beltrones introduciendo la figura de jefe de gabinete impulsada por el priista, fiscalización permanente de gastos de campaña y sanciones durísimas al rebase de topes, etcétera. Hasta ahí todo bien, pero luego comienzan los despropósitos.

Resulta que los señores Madero y Zambrano, junto con sus senadores, le sacan la vuelta a la creación de un Instituto Nacional de Elecciones y plantean que el Senado sancione a los órganos electorales locales si a consideración de los partidos no cumplieron correctamente sus funciones, lo que en los hechos es querer mantener la organización de las elecciones y sus resultados en el terreno de la negociación política y en lugar de que sean un asunto técnico.

También se dicen preocupados por el financiamiento ilícito a los partidos y candidatos, pero mantienen el dinero privado en las campañas, lo cual complica su fiscalización y subordina el interés público al poder de los grupos económicos; pero eso sí, piden que haya recursos públicos para los candidatos independientes.

Pero no solo eso, su iniciativa pretende vulnerar de manera grosera la libertad de expresión al plantear intervenir de manera arbitraria en la vida de los medios de comunicación y en el trabajo periodístico con una pretendida ley de réplica. En ella se pretende sancionar de manera económica a los medios que no le abran de par en par sus espacios a los partidos y además establecer criterios externos para que los periodistas realicen sus coberturas de campañas.

En fin, que PAN y PRD en una supuesta iniciativa de reforma política han introducido elementos que vulneran las libertades y la democracia. Y todo para qué? Pues para que los partidos sigan controlando el poder público, marginando en su ambición a la sociedad y a los ciudadanos.

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