Una vez más México está en medio de la tragedia que ocasionaran “Ingrid” y “Manuel” a nuestros hermanos en Sinaloa, Guerrero, Tuxtla Gutiérrez, etc. Pareciera que septiembre es ya un mes crítico que atrae cuanta amenaza es posible a nuestra nación.

Pero una vez más el pueblo mexicano ha dado muestra de solidaridad con los que sufren. En este mes patrio bien vale la pena resaltar este hecho de su gran generosidad.

Una sola bolsa de víveres, la más sencilla, la más humilde, es muestra fiel de que el mexicano sabe echarse la mano cuando así se requiere, haciendo a un lado eso de que “el que no transa no avanza” y tanta idea que dan una imagen errónea del connacional.

Por algo escribió el vate Ricardo López Méndez: “Tú hueles a tragedia tierra mía, y sin embargo ríes demasiado. Acaso porque sabes que la risa, es la envoltura de un dolor callado”.

Esto tal si la desgracia no hiciera otra cosa que conseguir arrancar la sonrisa al nacional mientras mira de frente el gran reto de la tragedia que le toque vivir.

Y hablando de risas, otro motivo para tirarse a carcajadas es el anuncio federal de que habría que reajustar el presupuesto debido precisamente a los recientes desastres naturales. 

Tal vez ese rostro alegre sea más notorio en el funcionario público que se hizo millonario durante o posterior a su cargo.