La terca pertinencia de Javier Sicilia
La guerra contra el narcotráfico es una manifestación de políticas y acuerdos internacionales que sitúan a México como un campo de batalla.
Se cumple en estos días el tercer aniversario de la fundación del Movimiento por al Paz con Justicia y Dignidad, cuyo liderazgo recayó en la figura de Javier Sicilia después del absurdo y trágico asesinato de su hijo.
Hace tres años, el movimiento y Sicilia propusieron un Pacto Nacional por la Paz, en cuyo manifiesto inicial se leía, entre otras cosas: “hoy más que nunca resulta necesario tomar medidas urgentes para detener esta guerra con su escalada de violencia y regenerar el tejido social y comunitario. Este momento histórico adverso y profundamente violento es resultado de estructuras económicas y sociales que generan desigualdad y exclusión. Aquí impera la muerte lenta, causada por la miseria, la pobreza, el desempleo, la falta de oportunidades para el desarrollo pleno de nuestras vidas y por la destrucción del ambiente
“La guerra contra el narcotráfico es una manifestación de políticas y acuerdos internacionales que sitúan a México como el campo de batalla donde a los pobres de este país y Centroamérica les toca pagar una alta cuota de vidas humanas para que las drogas lleguen a su destino y consoliden grandes negocios.
“Un componente fundamental que explica esta escalada de violencia y guerra es la enorme corrupción y su infiltración en el Estado en todos sus niveles.
“La impunidad es otro de los factores que determinan lo que hoy sucede en el país, 98% de los delitos quedan impunes Tenemos un sistema de procuración e impartición de justicia incapaz de investigar y sancionar a quienes cometen los delitos y la violación de derechos.”
La primera “exigencia mínima” del movimiento era la siguiente:
“Se deben esclarecer y resolver los asesinatos, las desapariciones, los secuestros, las fosas clandestinas, la trata de personas y el conjunto de delitos que han agraviado a la sociedad. Determinar la identidad de todas las víctimas de homicidio es un requisito indispensable para generar confianza”.
Tres años después, frente a otro gobierno federal, en muchos casos otros gobiernos estatales, frente a una supuesta nueva estrategia y algunos resultados, lo que se leía en aquel pacto sigue siendo absolutamente vigente, urgente, necesario.