¿La tomamos como una buena o una mala noticia?

El gobierno federal quiere sacar del horror lo más pronto que se pueda a Tamaulipas y Michoacán.

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Se fue el quinto mes del nuevo gobierno y, de acuerdo con el recuento de MILENIO, la cifra de ejecuciones sigue en los niveles de los viejos tiempos. Aunque con los 919 ejecutados de abril puede aplicarse la paradoja del vaso medio lleno o medio vacío, pues es el número más bajo desde octubre y, por lo mismo, del sexenio del presidente Peña Nieto.

Visto así, la perspectiva mejora. A las 888 ejecuciones de octubre, siguieron 949 en noviembre, 982 en diciembre, 956 en enero, 956 en febrero y un psicológicamente muy duro mil 48 en marzo. La disminución respecto del mes anterior será del orden de 15 por ciento. Vaso medio lleno.

Una lectura menos optimista subrayará que, independientemente de los porcentajes parciales, la tendencia promedio de mil ejecuciones mensuales, firme desde mediados de 2010, goza de cabal salud.

Visto así, el panorama se ensombrece. Las ejecuciones acumuladas al cuarto mes de 2013 rondan las 4 mil (3 mil 878) y las del sexenio las 5 mil (4 mil 860). Vaso medio vacío, si no es que seco.

El gobierno federal quiere sacar del horror lo más pronto que se pueda a Tamaulipas y Michoacán: seguramente habrá una carnicería. Lo mismo en la profundización de la tarea que se ha hecho en la Comarca Lagunera y Nuevo León. Y en el cerco para evitar una apocalíptica expansión criminal en el centro del país y una pesadilla en Jalisco. Por no hablar de Chihuahua, Sinaloa, Guerrero...

Así es que, como se diría en una redacción: no hay buenas ni malas noticias: hay noticias. Desgraciadamente, todo apunta a que en el tema de las ejecuciones, las noticias no escasearán.

Por lo pronto.

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