Las tormentas se fueron y el agua dejó un saldo doloroso de pérdidas humanas, de pérdidas materiales, de destrucción y de éxodo.

Pero hay una parte de esta tragedia que le va a generar bonanza al país y que lo trae también el agua.

Si bien es cierto que Ingrid y Manuel barrieron con 543 mil hectáreas de campo (fundamentalmente de maíz), las lluvias que soltaron por el norte significarán cosechas récord para México.

“Es muy difícil decirlo en estos momentos en que todos estamos consternados en la tragedia. Pero lo tengo que decir, y decir que dentro de la tristeza, si hacemos un balance en el campo, con las lluvias nos vamos a asegurar las cosechas futuras”, me decía ayer el propio secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Enrique Martínez y Martínez. “Por mucho, por mucho son más los beneficios. Nada tienen que ver las 543 mil hectáreas con las 23 millones de hectáreas que sí salen beneficiadas con las lluvias”, agregó.

El vaso “medio lleno” de estas tormentas es una relación casi de 40 a 1. Las tormentas rompieron uno de los ciclos de sequía más prolongado que vivían los estados de Tamaulipas, Sinaloa y Zacatecas. Y no solo en la parte agrícola, sino que el agua permitirá que regresen a la zona ganadera grandes cantidades de cabezas de ganado y de vientres que tuvieron que ser vendidos ante la falta de agua. Y hasta se viene una cosecha récord de maíz blanco en Sinaloa, pasando de una cosecha promedio de 3 millones de toneladas a una de 5 millones de toneladas.

Uno de los planes que trae la Sagarpa es la de una especie de sistema de transferencia de recursos. Sería algo inédito, pero la intención es que las zonas altamente beneficiadas por estas tormentas apoyen y trasladen beneficios a las zonas que más afectadas estuvieron. “No hay un ejemplo previo, pero el Presidente nos ha instruido para que busquemos las cosas buenas que va a dejar esto para resarcir los daños en otras áreas. Aún estamos diseñando el mecanismo de cómo se haría este proceso”, agrega el titular de la Sagarpa.

Nada recuperará las vidas pérdidas ni los daños, pero si efectivamente la Secretaría encuentra este mecanismo de apoyo de los ganadores a los perdedores, será el primer aire fresco que abrace a los estados que hoy aún están bajo el agua.