'La vida secreta de las mascotas', a divertirse tras bambalinas
Espiar puede 'sonar' negativo, pero ¿no te gustaría ver qué hacen tus mascotas cuando tú no estás?...
Quién no se ha imaginado en alguna ocasión lo que hacen sus mascotas mientras se encuentran en casa, solas y sin la mirada del amo, al menos yo lo he pensado cientos de veces y nada más cercano a lo que mi exagerada imaginación ha construido que el argumento de La vida secreta de las mascotas (The secret life of pets).
El filme dirigido por Chris Renaud y Yarrow Cheney (Co-Director) nos ofrece personajes heterogéneos tanto en forma como en actitud e ímpetu, que le aportan una textura que va más allá de lo divertido, pues le infunden al argumento un ligero toque de trascendencia, sobre todo el gran contraste entre la ternura y la agresividad enfocada, materializada en un pequeño conejo que resplandece fraternidad con el resto de las mascotas.
Esencialmente, el filme producido por Universal Pictures y Illumination Studios nos narra lo que sucede en los apartamentos de un edificio, cuando los dueños de las mascotas salen a trabajar y los animalitos se quedan solos en casa. Un nuevo integrante de la comunidad animal propicia un conflicto y por ende una aventura citadina que divierte de principio a fin.
El guión creado por Brian Lynch y Cinco Paul tiene esa dote de valores que todo largometraje dirigido a los niños debe contener. Nos dejan claro la tremenda necesidad de afianzar las amistades y brindar el apoyo a quienes necesitan de nosotros, doctrinas que quedarán claras a los pequeñines de casi cualquier edad, al finalizar la película.
El meollo del asunto es que el filme resulta poco más que entretenido, por ese lado cumple con la máxima del cine que es entretener, pero, por la forma y el ritmo, permite al cineasta introducir los ya citados valores y con ello cumple también con la parte de la efectividad.
En síntesis un largometraje que no se arrepentirá de haber visto, menos aún en la compañía de sus pequeños. Créame que será una buena experiencia y por el ritmo que maneja, va a ser muy difícil que los niños se levanten de su lugar, pues no cae en ningún momento de la cinta.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico [email protected] o regístrese en www.facebook.com/CinematografoCeroCuatro/