La Volpe, Cuarón y los Topo Gigios
Alfonso Cuarón consiguió lo que se temía, que en vez de afilar nuestras escasas certezas sobre la reforma energética, terminaron más bien por ampliar nuestras dudas.
Con su cuestionario a Peña Nieto, Alfonso Cuarón consiguió lo que se temía, que en vez de afilar nuestras escasas certezas sobre la reforma energética, las respuestas ofrecidas comedidamente por los secretarios Videgaray y Joaquín Coldwell terminaron más bien por ampliar nuestras dudas. Cuando en vez de dar elementos puntuales para atender las angustias existenciales te responden con lenguajes técnicos nomás para dorar la píldora y recibir el aplauso de la tribuna afín, y además te dicen que todo se arreglará a mediano y a largo plazo, no te queda más remedio que seguir del lado del sospechosismo. Ya me imagino si ambos funcionarios respondieran la Prueba Enlace: los reprobarían por rolleros, falta de concreción y echarle mucha crema a sus tacos.
Digo, qué les costaba quitarse de encima la Gravity contestando sin caer en el viejo discurso priista del no somos ni de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario.
Y el tonito. Hagan de cuenta que ambos eran las doctas eminencias que iban a instruir al ignaro sobre las maravillas de una reforma que para la gran mayoría de los mexicanos está basada en lo de siempre, puras promesas cimentadas en quién sabe qué cuentas alegres.
En lo particular yo no tendría tanto problema como los fundamentalistas del petróleo en poner a Pemex a jugar con las reglas del capitalismo salvaje y no con las del comunismo primitivo. La bronca está en que con qué confianza les dejas la gallina de los huevos de oro negro a los herederos de las glorias de los derroches petroleros lopezportillistas, de las sistemáticas crisis tricolores, el horror de diciembre y la impunidad sindical entre otras lindezas. Primero que nos dejen un pagaré, unas garantías no individuales, sino en forma de escrituras de sus chalets en la Riviera Maya y demás valores tangibles para entrar en confianza. Digo, para que en caso de que todo resulte un timo como el de Oceanografía, pues los mexicanos tengamos algo con qué cobrarnos por los abusos de la mala administración. Y de paso así nos evitamos que se avienten la puntada de organizar un Fobaproa de Pemex.
No nos hagan eso; no otra vez. Sería menos doloroso si nos vistieran de podóloga y nos dejaran a solas con La Volpe que al parecer le quiere ganar en mañas a ese gran feminista Catémoc Gutierrez.
De los Topo Gigios mejor ni hablamos.
Ahí sí, solo le pediría a Cuarón que le pregunte al gabinete dónde podemos encontrar la osamenta de Muñoz Rocha.