Las cobras del Ayuntamiento
Las personas luchan por la defensa de los animales, pero muchos olvidan el cumplimiento de sus obligaciones.
Después de leer y escribir, en segundo de primaria nuestros hijos aprenden, en la asignatura Formación cívica y ética, la lección “Tengo derechos y también obligaciones”.
Aprenden que uno de sus derechos es al juego. El libro lo representa con un parque. No es casual: en cualquier poblado un parque representa el corazón de la vida comunitaria. Mérida poco a poco se aleja de ese concepto.
Cada día son más las personas que luchan por la defensa de los animales, pero muchos olvidan el cumplimiento de sus obligaciones. Y así, los parques se han convertido en un sanitario público de sus mascotas.
El 29 de noviembre de 2011 se anunció en Mérida el programa “Peek”, para atender la limpieza en sitios públicos; empezó con la colocación de contenedores especiales para depositar las heces fecales de perros y gatos en nueve parques.
El programa, avalado por el Consejo Consultivo de Protección a la Fauna, se quedó en anuncio. Se instalaron los contenedores pero no hubo un seguimiento de las “Brigadas Ambientales”, que se encargarían de difundir acciones a favor del medio ambiente.
En uno de esos nueve parques, Francisco de Montejo III, es común ver vecinos que llevan a sus mascotas a realizar sus necesidades fisiológicas sin recoger las heces.
Peor, su área infantil sufre sistemáticamente el saqueo hormiga de arena mientras los niños juegan entre filosas piedras. Primero están sus gatos.
“El parque es público así que la arena es de todos”, me dijo un vecino que se llevó una cubeta repleta de arena. Sin pudor alguno, el hombre se acomodó la camiseta del equipo Cobras, con logotipo del Ayuntamiento, y se alejó en su Tsuru blanco placas YZY-0837.