Las confusiones de Gustavo Madero y un apunte sobre los mitos
Según el IFE, el gasto total de la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, después de auditoría, fue de 220,528, 60.50 pesos.
En la Duda razonable del miércoles conté, con base en testimonios de panistas tanto de la campaña como del CEN, los jaloneos durante las elecciones del año pasado que podrían explicar por qué el gasto de la campaña presidencial de Acción Nacional había quedado más de cien millones de pesos por debajo de lo que le ley le permitía gastar.
Según el IFE, el gasto total de la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota, después de auditoría, fue de 220,528, 60.50 pesos. El límite era de 336 millones.
El jueves, en entrevista con Joaquín López-Dóriga y después con mi compañero Daniel Venegas, Gustavo Madero dio algunas laberínticas explicaciones para terminar diciendo que era falso —como decía el IFE— que se hubiera gastado menos que el límite permitido. Que se había “apoyado al límite”. Madero no disputó que Josefina le hubiera pedido decenas de veces que flexibilizara su postura, ni que el presupuesto aprobado por el Consejo fuera menor al límite. Disputó el gasto en el informe del IFE.
Algo muy raro sucede el CEN del blanquiazul.
En el informe de gastos que el PAN presentó al IFE el 8 de octubre decía que la campaña presidencial había gastado $209, 191,126.88. Fue después de la auditoria que el IFE llegó a la cifra de 220.
En sus entrevistas, Madero quiso utilizar la palabra de moda: prorrateo, para acomodar su declaración con la realidad. Pero una vez más se confunde, porque el reporte que presentó el PAN en octubre ya incluía el prorrateo. En octubre, el PAN presentó los informes de todas sus campañas, con todas las cifras acomodadas para cada beneficiario.
Así que, si como lo dijo Gustavo Madero en sus entrevistas, es falso que la campaña de Josefina Vázquez Mota gastó cien millones de pesos menos que lo permitido, el reclamo de Madero debe ir contra los funcionarios del PAN que dependen de él y que así lo informaron al IFE en octubre.
El reporte de gastos de la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota está firmado por el tesorero de Acción Nacional, Alfredo Olson San Vicente, y Marcos Pérez Esquer, tesorero de la campaña.
Vale la pena que Madero nos aclare si la verdad está en lo que dijo esta semana o lo que le dijo al IFE en octubre. Ocultar o falsear información al Instituto Federal Electoral es un delito; hacer lo mismo a la prensa, no.
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El miércoles de esta semana acompañé al escritor español Javier Cercas en su presentación de Las leyes de la frontera. Novela sobre —entre otras cosas— la delincuencia juvenil que explotó en tiempos de la transición española. Una especie de lado B, o versión desde la calle, de aquel maravilloso Anatomía de un instante; el libro fundamental sobre la transición y la construcción de la democracia española.
Anatomía de un instante y Las leyes de la frontera son, además de otras cosas, ensayos en la deconstrucción de mitos contemporáneos por medio de la novela o la no ficción.
Esa noche Cercas habló de los mitos —solo se necesita un elemento de verdad rodeado de diezcosas falsas para iniciarlo—. Nos platicó cómo es que hasta hoy en España hay periódicos y radios supuestamente serios que insisten, por ejemplo, que del atentado del 11 de marzo del 2004 son responsabilidad de los servicios de inteligencia española coludidos con el Partido Obrero Socialista Español.
Hablamos de otros mitos famosos, como los que rodean al 11 de septiembre o, en nuestro país, al asesinato de Luis Donaldo Colosio.
El jueves, al tiempo que Javier Cercas tomaba un avión rumbo a España, en México nos empezábamos a enterar de la tragedia en el edificio B2 del complejo de Pemex en Marina Nacional.
Antes de que la autoridad dijera nada, la construcción de un mito había iniciado. Cercas hubiera disfrutado verla crecer para algún día hacerla pedazos.
Al azar, tomo dos párrafos que me topé en Facebook que hacen la narrativa:
“No perdamos de vista que este ‘accidente’ se da justo en el punto crítico de las discusiones sobre la privatización de Pemex, por lo cual podemos intuir que como siempre, el gobierno y las televisoras buscan dirigir la opinión pública hacia algún sitio, y no hay que ser un genio para adivinar a cuál... La mejor parte es que siempre les funciona, prepárense para días de discursos de lo jodido de la empresa, de la necesidad de modernizarla, de la falta de capital y la letanía de pendejadas para seguirnos ensartando...”
“Haciendo un poco de memoria, queremos recordarles que cuando el PRI quiso privatizar el ferrocarril, los trenes ‘misteriosamente’ comenzaron a descarrilarse. Antes de que se privatizara Telmex comenzaron a destruir cabinas telefónicas y la empresa daba mal servicio. Hoy, que Pemex nuevamente corre el peligro de intento de privatización hay una explosión en la Torre”.
Consumatum est. No hay peritaje, no hay hechos, ni estrategia de comunicación, ni racionalidad que venza a la fantasía construida de dogmas.
Twitter: @puigcarlos