Las cuentas del vecino
El gobierno y el Congreso de Estados Unidos han ido cambiando, para bien, en dos temas de gran impacto hacia el país: el comercio de armas y el migratorio.
La relación del gobierno mexicano con el de Estados Unidos ha tenido un giro importante. Los primeros años de Fox fueron promisorios, después erráticos, y los seis pasados, de evidente y penoso sometimiento. La diplomacia mexicana careció de inteligencia y visión estratégica. Un buen embajador de México en Washington no pudo contrarrestar o equilibrar los errores de la Presidencia o la cancillería. Fue una equivocación privilegiar el tema de inseguridad y, todavía peor, suscribir la perspectiva de las autoridades estadunidenses.
La estrategia del nuevo gobierno ha dado resultado. Cambió las cuentas del crimen organizado por las de la economía. Además, el gobierno y el Congreso de Estados Unidos han ido cambiando, para bien, en dos temas de gran impacto hacia el país: el comercio de armas y el migratorio.
Para no actuar con ingenuidad, debe quedar claro que los cambios tienen motivación doméstica, ni diplomática y, solo en el primer tema, humanitaria. México continúa siendo visto con desdén e ignorancia. Sin embargo, la solidez de la economía nacional y la capacidad de emprender reformas profundas y trascendentes, aspecto muy problemático en el sistema estadunidense, han dado al país y al gobierno credibilidad y fortaleza.
México ha demandado cambios importantes en la iniciativa Mérida. Ha hecho sentir, como también lo hacen las
autoridades vecinas, que las acciones de gobierno y legislativas deben tener como referencia privilegiada el interés del país. Ahora se actúa sin complejo y sin la carga de corrupción que dominó a la administración pasada, no porque la venalidad haya terminado, sino porque es uno de los beneficios de un gobierno que inicia con alternancia. La cooperación es indispensable en todos los rubros, pero en condiciones de equidad y respeto recíproco, lo que no ha ocurrido de allá para acá.
EU continuará siendo el país más importante para México. La globalidad no elimina fronteras ni vecindades, simplemente las transforma. México tiene buenas perspectivas, mejores que en mucho tiempo. Para ello será menester que el vecino haga mejores cuentas.