En un estado o nación donde los retos sociales y ambientales superan la capacidad de los gobiernos y el sector privado para atenderlos, el tercer sector o sociedad civil organizada juega un papel muy importante en la búsqueda del desarrollo sustentable.

El tercer sector está conformado por organizaciones que no son de la iniciativa privada ni gubernamentales, es decir, cuyo fin no es perseguir el lucro pero tampoco dedicarse a la política pública (aunque muchas veces incidan en ella). Algunos ejemplos de organizaciones del tercer sector son organizaciones filantrópicas, centros de investigación, fundaciones, cámaras empresariales, colegios de profesionistas, entre otros. Su función principal es el defender los intereses de la sociedad, desde diversos ámbitos como puede ser el educativo, el de los derechos humanos, el del desarrollo social, el de la protección ambiental, entre otros. 

Derivado de los impactos que el turismo ha generado en los ecosistemas a nivel global, y la poca vinculación del turismo (principalmente el masivo) con el beneficio de la sociedad, diversas organizaciones de la sociedad civil (OSCs)se han dedicado a trabajar por un turismo sustentable. Algunas de ellas por medio de la denuncia, otras generando investigación, otras mediante la capacitación y la educación ambiental, otras incidiendo en leyes, regulaciones y normas, y algunas más generando proyectos productivos, están logrando poco a poco un interés de los sectores privado y social en este tema.

En Quintana Roo, por la cantidad de recursos naturales que tenemos, destacando el Sistema Arrecifal Mesoamericano, manglares y la Gran Selva Maya, y el poco desarrollo de las comunidades rurales del estado, su papel ha sido fundamental para buscar la sustentabilidad, aunque a decir verdad, aún queda mucho por hacer.

A pesar de que el rol de promover el desarrollo sustentable debe ser liderado por el gobierno y la iniciativa privada, muchas veces no existen políticas públicas ni programas ambiciosos para lograrlo; las OSCs han logrado generar investigación para incidir en las políticas públicas, promover y crear Áreas Naturales Protegidas, luchar contra especies invasoras que atacan nuestros ecosistemas, promover zonas de recuperación en los mares, frenar proyectos que generarían impactos ambientales y sociales en la región, generar guías para buenas prácticas para el sector turístico empresarial, recuperar arrecifes dañados, educar a niños, jóvenes y adultos, generar proyectos de ecoturismo y turismo rural, pugnar por el bienestar animal, realizar campañas de información, entre muchos otros temas, y su papel en muchas ocasiones es poco reconocido.

Cabe señalar que muchas de estas organizaciones trabajan por medio de donativos, apoyos de organismos internacionales y fondos de fundaciones privadas, aunque en general existen retos financieros importantes en todas ellas, dado que no persiguen fines de lucro y su objeto social es limitado para hacerse de financiamiento para su trabajo.

Pero, ¿se imaginan cómo estaría el estado si no existieran estas organizaciones, que nivelan un poco el desarrollo turístico con la conservación del patrimonio natural y cultural y el beneficio a las comunidades?

Los invito a conocer el trabajo que realizan las OSCs en Quintana Roo, a colaborar de cerca con ellos, a generar proyectos conjuntos para la conservación y del desarrollo social, y a comprender y valorar su rol, que es tan relevante como el de los demás actores que trabajan por el crecimiento económico de la entidad.