Cuando hablamos de las grandes traiciones al magisterio, es imposible olvidar aquella noche triste del 18 de octubre del 2007, cuando, en un hotel de Telchac Puerto, un acorralado grupo de mercenarios de Rafael Ochoa Guzmán, encabezados por Enrique Meléndez Pérez y el delegado especial Juan Díaz de la Torre, ante la impotencia de consumar nueva imposición de dirigentes, declararon suspendidos los trabajos del XXX Congreso de la Sección 33 del SNTE que culminaría en la elección de los nuevos integrantes del Comité Ejecutivo Seccional.

Han pasado ya 6 años y casi 5 meses de aquel hecho, en el cual intentaron violentar la voluntad del magisterio yucateco, lo que, al final, fue frenado y repelido por la entereza y dignidad de más de 180 delegados que levantando la voz de sus compañeros les dijeron: ¡Ya basta de atropellos! ¡Queremos una elección democrática!

¡Al secretario general nosotros lo elegimos! La reacción “azteca” no se hizo esperar, empezaron los recesos, cada vez más largos; los ofrecimientos de dinero y plazas circularon entre los delegados de Adrián Quintal Ic, el candidato de la base; la gente de la dirección nacional, entre la que se encontraban ex secretarios generales de ambas secciones locales,  incrementaron su presión. El nerviosismo y la tensión se reflejaron en el rostro de los delegados; al final: el desastre.

Hoy, Juan Díaz de la Torre, como presidente del SNTE y con las manos manchadas, tiene la oportunidad de rectificar ese error, en un nuevo escenario más tranquilo, donde prevalecen condiciones de diálogo con el gobierno estatal. En este contexto, la agrupación Red de Maestros de Yucatán entregó a la Comisión Ejecutiva de la Sección 33 un documento donde le piden al nuevo delegado Florentino Balam Xiu que realice el cambio de dirigentes a través de la elección directa de los maestros de base y denuncian igualmente a muchos comisionados con veinte y treinta años enquistados en la dirigencia y sin ánimo de trabajar por sus compañeros.

La Red de Maestros de Yucatán espera que otros grupos de docentes se sumen a su petición, pero deberán ser cuidadosos para que no les den “atole con el dedo” y evitar que les suceda lo ocurrido en la Sección 57, donde se realizó un nuevo Congreso “blindado” con la reelección pactada de todo mundo en lo que a todas luces terminó en una imposición final.