Las últimas horas de Chávez
Reconstruimos, según versiones recabadas en Cuba, los últimos pasos de Chávez, sin más ánimo que enterar a los lectores.
La muerte del comandante Hugo Rafael Chávez Frías conmocionó a gran parte del mundo, al menos político. En Cuba no fue la excepción. El principal aliado y socio de la isla ya no estará más.
Hay dudas y expectativas entre la mayoría de la población isleña, principalmente en el ámbito económico, ya que el gobierno venezolano surte ampliamente de petróleo al Ejecutivo que preside Raúl Castro, hermano menor (82 años) del legendario Fidel (86 años).
Aquí reconstruimos, según versiones recabadas en Cuba, los últimos pasos de Chávez, sin más ánimo que enterar a los lectores pero sin “beatificar” al fallecido comandante de la llamada Revolución Bolivariana.
Hugo Chávez subió con paso firme las escaleras del avión presidencial. Al llegar a lo alto, giró, levantó el puño y gritó “¡Viva la patria!” antes de desaparecer en el interior de la aeronave. Los venezolanos nunca más volvieron a escucharlo.
Esa madrugada del 10 de diciembre, el mandatario se esforzó en repartir besos y abrazos a los numerosos colaboradores y amigos que fueron a despedirlo a la pista del aeropuerto Simón Bolívar en las afueras de Caracas en la antesala de su viaje a Cuba para jugar una última apuesta contra el cáncer.
Entre apretones de manos y palmadas en la espalda, Chávez intentó infundir confianza a sus más cercanos compañeros horas antes de someterse a su cuarta cirugía en apenas 18 meses para frenar una dolencia que finalmente acabó con su vida.
“Claro que volveré”, le aseguró decidido al canciller Elías Jaua, con los brazos sobre sus hombros y esbozando media sonrisa, relató días después el funcionario.
Y regresó tras 70 días de un inconcebible silencio que se prolongaría hasta su muerte el martes 5 de marzo a las 16.25 horas en el Hospital Militar de Caracas.
El hombre que comandó Venezuela por casi 15 años entró en coma el día anterior y murió por una falla respiratoria después de que el cáncer hiciera metástasis en los pulmones, dijeron fuentes cercanas al Gobierno y a su equipo médico.
Las dos últimas semanas del líder socialista de vida fueron extenuantes. Aquejado por fuertes dolores que lo obligaban a permanecer sedado durante horas y que le impedían incorporarse de la cama, Chávez tenía que respirar a través de una cánula traqueal debido a una infección pulmonar aguda que le atacó tras su última cirugía en el hospital Cimeq de La Habana.
Los altos funcionarios que los visitaron durante su hospitalización en La Habana y Caracas “utilizaban iPads y otros recursos para hacerle presentaciones de los proyectos”, dijo una de las fuentes, al explicar cómo el Presidente hizo todo lo posible para comunicarse con su equipo y seguir, pese a las enormes limitaciones, al frente de las decisiones de Gobierno.
Cuando le pidieron nombrar un nuevo canciller para ocupar el cargo que dejó vacante su vicepresidente y heredero político, Nicolás Maduro, le mostraron los nombres de los candidatos. Él señaló el de Jaua y firmó el documento, señaló el informante.
El mandatario había quedado extremadamente débil tras la operación de más de seis horas, que se complicó con una hemorragia interna y los médicos tuvieron que reanimar al paciente varias veces.
Entonces descubrieron que las células cancerígenas habían llegado hasta los pulmones. El equipo cubano que lo atendió en el postoperatorio tuvo que desarrollar un antibiótico personalizado con el que logró estabilizar la infección respiratoria y mejorar su condición. En medio de la aparente mejoría, Chávez pidió volver a su país.
El Gobierno, con el respaldo de la familia, se hizo cargo de todas las gestiones para garantizar un traslado sin riesgos en un vuelo de tres horas. Después, informó que el retorno se produjo en la madrugada del 18 de febrero. No hubo imágenes ni fotos.
Amigos, amigas, ya saben: sugerencias para que el pueblo venezolano transite hacia una democracia sin violencia (las elecciones entre Maduro y el opositor Henrique Capriles son este mes de abril) y que los cubanos –al menos el Gobierno actual- aprenda a vivir sin su otrora protector, enviarlas a [email protected] o [email protected]